EE.UU. refuerza su posición militar en Oriente Próximo para ayudar a Israel y disuadir a sus rivales

El USS Gerald S. Ford es el portaviones más nuevo y avanzado de EE.UU. y el mayor barco de guerra construido hasta la fecha. Lo operan un ejército de 5.000 marineros y puede transportar hasta noventa aviones de combate. La nave lidera un grupo de ataque con su mismo nombre, en el que se incluyen el crucero USS Normandy y los destructores USS Thomas Hudner, USS Ramage, USS Carney y USS Roosevelt.

El portaviones se encontraba esta semana en otra zona del Mediterráneo, en el Mar Jónico, al sureste de Italia, donde había navegado para realizar maniobras conjuntas con el ejército italiano.

El envío de la flota fue anunciado por el secretario de Defensa, Lloyd Austin, que está en contacto constante con sus homólogos israelíes. El líder del Pentágono anunció también que EE.UU. moverá a la región escuadrones de aviones de combate F-35, F-15, F-16 y A-10.

«EE.UU. tiene listas fuerzas en todo el mundo para reafirmar esta postura de disuasión si fuera necesario», incidió Austin en un comunicado, en el que también anunció que el Gobierno de EE.UU. «enviará rápidamente a las Fuerzas de Defensa de Israel equipamiento y recursos adicionales, incluyendo municiones».

En una llamada anónima con la prensa, altos cargos de la Casa Blanca detallaron que las autoridades militares israelíes han pedido el envío de munición para la Cúpula de Hierro, el sistema de defensa antiaéreas que utiliza Israel para destruir los misiles lanzados contra su territorio, como forma de precaución ante la posibilidad de tener que utilizar más de los que tiene en la actualidad. También han solicitado bombas de diámetro, munición para ametralladoras y reforzar el uso compartido de información de inteligencia.

La Administración Biden solicitará al Congreso financiación adicional para partidas militares para Israel, que se sumarán a las que ya han pedido para Ucrania y que son muy cuestionadas por la bancada republicana. El problema es que, tras la crisis política por la expulsión del hasta ahora presidente de la Cámara de Representantes, el republicano Kevin McCarthy, por una revuelta de su propio grupo parlamentario, la Cámara Baja está descabezada y sin posibilidad de aprobar ninguna partida hasta que vuelva a tener presidente. Eso no ocurrirá la menos hasta el miércoles, cuando volverán a reunirse los representantes y debatirán -y quizá votarán- sobre quién será su próximo presidente.

Al mismo tiempo que el domingo se cerraba el envío del USS Gerald S. Ford y del resto de ayuda militar, Joe Biden y Benjamin Netanyahu hablaron por teléfono. Era la segunda vez que el presidente de EE.UU. y el primer ministro israelí mantenían un contacto tras los ataques de Hamás. En esa llamada, según la Casa Blanca, ambos discutieron estrategias para «asegurar que ningún enemigo de Israel crea que puede o debe aprovecharse de la actual situación».

Era una referencia evidente hacia Irán, el gran enemigo de Israel en la región, y los grupos que tienen su apoyo en las inmediaciones del conflicto, como el propio Hamás o Hizbolá en Líbano.

Por el momento, EE.UU. no ha implicado de forma directa a Irán en en los ataques de Hamás, que han dejado al menos nueve víctimas estadounidenses entre los más de mil muertos en Gaza y en Israel (es probable que hay también personas con pasaporte estadounidense entre las decenas de secuestrados por Hamás).

Sí apuntan a la participación directa de Irán informaciones reveladas por 'The Wall Street Journal', que aseguran que altos cargos iraníes ayudaron a Hamás a planificar los ataques y que dieron su visto bueno a la operación en una reunión en Beirut el pasado lunes. En ella participaron altos cargos de Hamás y de Hizbolá. Según el diario neoyorquino, la Guardia Islámica Revolucionaria de Irán, el brazo armado de los ayatolás, ha trabajado con operativos de Hamás desde agosto para preparar los ataques.

Desde Nueva York, la misión diplomática de Irán ante Naciones Unidas negó que Teherán haya estado implicado en la planificación o coordinación de esas operaciones. «Las decisiones hechas por la resistencia palestina son completamente autónomas y firmemente alienadas con los intereses legítimos del pueblo palestino», aseguró en un comunicado, en el que la representación iraní subraya su «apoyo inquebrantable a Palestina» y el fracaso de la inteligencia israelí para detectar esos ataques.

«Sabemos que hubo reuniones en Siria y en Líbano con otros líderes de los ejércitos del terror que rodean a Israel, así que es fácil comprender que trataron de coordinarse. Los agentes de Irán en nuestra región han tratado de coordinarse al máximo con Irán», defendió el embajador de Israel ante la ONU, Gilad Erdan.

Un representante de Hamás, Mahmoud Mirdwai, aseguró a 'The Wall Street Journal' que el grupo terrorista planeó las ataques por su cuenta: «Es una decisión de los palestinos y de Hamás».