Crecen las protestas en Reino Unido para cerrar el barco Bibby Stockholm después del presunto suicidio de un inmigrante

La policía está investigando la «muerte repentina» del hombre, de unos veinte años, en la inmensa embarcación ubicada en Portland, Dorset, mientras que organizaciones benéficas y activistas mostraron su condena a las condiciones de hacinamiento e inseguridad en las que, aseguran, viven estas personas.

Enver Solomon, cabeza del Consejo de Refugiados, instó a una revisión independiente del incidente. «Es imperativo realizar una revisión independiente de esta muerte para que se aprendan lecciones», dijo, mientras que la portavoz de la organización Freedom from Torture, Ann Salter, afirmó que esta tragedia es otra señal de que las políticas antirrefugiados del Gobierno no sólo son crueles, sino que también se cobran vidas.

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El secretario general del sindicato de bomberos, Matt Wrack, también pidió el cierre inmediato de la embarcación. «Aunque las circunstancias que rodean la muerte aún no se conocen, hay preocupaciones reales sobre el hecho de mantener forzosamente a las personas a bordo de una prisión flotante», señaló. Se estima que hay alrededor de 300 solicitantes de asilo, todos hombres, en el Bibby Stockholm, que, según el ministerio del Interior, tiene capacidad para 500 y la prensa local recoge que las tensiones a bordo han ido en aumento a medida que ingresan más personas.

Así lo dijo uno de los residentes, que explicó que «se tarda mucho tiempo en entrar y salir, y nos revisan y escanean por todas partes». «Pero no somos criminales», defendió, sino que «estamos aquí buscando seguridad. Algunos empleados nos tratan mal. El hombre que murió era muy infeliz». Otro solicitante de asilo sugirió, según 'The Guardian', que la muerte era «previsible» debido a las condiciones precarias del barco, que empezó a funcionar el pasado agosto. «Esta muerte no nos sorprende. La gente quitándose la vida es un resultado previsible de la política del ministerio del Interior de poner a la gente en el barco. Cuanto más tiempo nos mantienen aquí, más veo deteriorarse la salud mental de todos», comentó.

Algunos residentes habían realizado ya una huelga de hambre para protestar por la mala alimentación y las precarias condiciones que denuncian que sufren. «Tengo un mensaje simple para el ministerio del Interior: ¿cuántas personas deben morir antes de que se den cuenta de los errores que han cometido con el trato a los solicitantes de asilo?» concluyó este hombre.

El Bibby Stockholm se incorporó al patrimonio del ministerio del Interior en verano como una forma de reducir los costos de hoteles para albergar solicitantes de asilo. Desde su llegada a Portland en julio, ha enfrentado una serie de problemas que provocaron que el sindicato de bomberos advirtiera que hay en él un «peligro potencial de muerte». Cabe recordar también que, en agosto, poco después de que ingresaran las primeras personas, los solicitantes de asilo fueron retirados temporalmente de la embarcación debido a la presencia de legionela en el suministro de agua.

La alcaldesa de Portland, Carralyn Parkes, expresó su tristeza ante la noticia del fallecimiento. «Es inenarrablemente triste que alguien llegue a poner fin a sus días en el Bibby Stockholm», aseguró, mientras que James Cleverly, ministro del Interior, aseguró que la muerte se investigará a fondo.