«Es un chapapote invisible»: las fugas del Nord Stream emitirán el mismo CO2 que toda la flota de vehículos de España en un año

«Es crítico, pero tampoco es de lo más crítico», explica respecto a las cuatro fugas del gasoducto europeo Íñigo Pérez-Baroja, decano del Colegio Oficial de Químicos de Madrid. Tanto Pérez-Baroja como Del Pozo aseguran que el metano pasará a la atmósfera y se diluirá en ella. «Al final, es un chorro de agua líquida que lleva gas a cierta presión y cuando se la cambias, sube para arriba en forma de géiser», continúa Pérez-Baroja. No obstante, respecto al impacto ambiental de estos escapes, opina que «está habiendo más consecuencias políticas que medioambientales. Los ecologistas saltan a la mínima y esto no es así».

Aproximadamente, viajan unas 150.000 toneladas de metano por tubo. Las emisiones equivalen a 30 millones de toneladas de dióxido de carbono o las del parque móvil español -toda la flota de vehículos de España- durante un año. «Afortunadamente, las cuatro fugas del Nord Stream han ocurrido en mitad del mar Báltico y no en un país del tamaño de Dinamarca. Ahí si hablamos de desastre medioambiental. Pero, «lo que ha ocurrido es algo mínimo. No tiene apenas consecuencias ni para el calentamiento global, ni para el efecto invernadero, ni para la atmósfera en general», declara este químico para ABC.

Ambos expertos coinciden en que las fugas del gasoducto Nord Stream «no van a tener un gran impacto en el ecosistema cercano a los puntos de vertido, ya que es un lugar lo suficientemente castigado ya por la construcción de los mismos tubos», explica Del Pozo también a ABC.

«No es como un vertido de fueloil, que se expande y contamina muchísimo. Hay que desmentir que las cuatro fugas de gas vayan a afectar o dañar los ecosistemas marinos o la atmósfera», insiste. «El volcán de La Palma ha agravado más el efecto invernadero que este derrame de gas. Son emisiones nocivas, pero son cuatro fugas en cuatro puntos distintos. ¿Cuántas emisiones produjo el volcán de Islandia o el de La Palma?». «¿Agrava la fuga de gas el efecto invernadero? Sí, pero de manera irrisoria», sentencia este químico.

Sin embargo, Del Pozo insiste en que «es un chapapote invisible, un vertido que genera impacto a largo plazo en todo el ecosistema global». «Toda la cantidad de gas residual contenida en el Nord Stream 1 y 2, pese a que los gasoductos estuvieran en funcionamiento, se va a verter o se está vertiendo en el mar» a través de las fugas, comenta el portavoz español de esta organización ecologista.

«Toda tubería del gasoducto pierde metano de por sí», explica el portavoz de Greenpeace. La Agencia Internacional de la Energía (AIE) afirma que un 5% de todo el gas natural que circula por los gasoductos y que se consumen en todo el planeta, se fuga en forma de metano en algún punto del ciclo logístico. «La industria lava el gas natural y lo presenta como energía verde, pero tiene una huella climática muy alta», revelan desde Greenpeace. «La huella que se produce al usarlo más la huella indirecta de las emisiones furtivas produce que la huella climática total del gas natural sea similar a la de otros combustibles presentados como más nocivos como el gasoil».

«Está lloviendo sobre mojado. Estos escapes se unen al resto de emisiones globales de dióxido de carbono. Esto va sumando y sumando, y haciendo que suba la temperatura global y por ende, se agrave el efecto invernadero y acelere el cambio climático», concluye Del Pozo.