A quién apuntan los indicios de sabotaje de los gasoductos Nord Stream

El sabotaje ha dejado al descubierto la vulnerabilidad de las infraestructuras energéticas europeas. La comisaria de Interior de la UE, la sueca Ylva Johansson, considera que el ataque es «una llamada de advertencia» y ha anunciado una prueba de resistencia a toda la infraestructura crítica. Noruega, ahora el principal proveedor de gas para Europa, ha aumentado las medidas de seguridad en las terminales de tierra y en las instalaciones en la plataforma continental, además de decretar una «vigilancia aumentada en todas las instalaciones petroleras.

Finlandia acaba de anunciar un aumento de su vigilancia en el golfo de Finlandia desde Vyborg, a cargo de la Guardia Fronteriza, a pesar de que el gasoducto Nord Stream 2 se extiende desde Ust-Luga, cerca de Estonia, pero sin tocar las aguas territoriales de Finlandia ni Estonia. El gasoducto Balticconnector, importante para el sistema energético finlandés, conecta Estonia y Finlandia y está ya siendo protegido con «acciones preventivas». Si las tuberías Nord Stream eran consideradas en Helsinki como problemas ambientales y económicos, ahora pasan a ser consideradas una cuestión de seguridad. La primera ministra Sanna Marin ha constatado que «las amenazas contra la infraestructura crítica ahora se han hecho realidad», aunque su ministro de Defensa, Antti Kaikkonen, descarta una amenaza militar inminente contra Finlandia. Alemania, por su parte, mantiene bajo estrecha vigilancia las estaciones de regasificación de gas natural licuado frente a su costa norte.

Mientras tanto, se abre paso la teoría de la utilización de drones submarinos a control remoto con cargas explosivas para llevar a cabo el ataque, defendida por ejemplo por el vicealmirante retirado Lutz Feldt, ex inspector de la Armada alemana. Según los servicios de inteligencia alemanes, no hay duda de que el ataque se ha llevado a cabo en nombre de un estado. Las fuerzas de seguridad alemanas han calculado que ha sido necesaria en cada explosión un efecto equivalente al de 500 kilos de TNT y esperan ofrecer más detalles sobre los daños después de una revisión que llevarán a cabo buzos militares y robots durante el fin de semana.

El expresidente del Servicio Federal de Inteligencia (BND), Gerhard Schindler, ha declarado que «un daño conspirativo e inadvertido en tuberías a una profundidad de 80 metros en el Báltico requiere habilidades técnicas y organizativas sofisticadas que indican claramente un actor estatal». «Solo Rusia puede ser considerada para esto, especialmente porque obtiene la mayor ventaja de este acto de sabotaje», ha apuntado como posible culpable.

«La paralización de las entregas de gas ahora puede justificarse simplemente aludiendo a las tuberías defectuosas, sin tener que adelantar supuestos problemas de turbinas u otros argumentos poco convincentes para romper los contratos de suministro, sin siquiera mencionar que el precio del gas está aumentando». El Kremlin, sin embargo, apunta a autores ucranianos y, desde Polonia, el ex ministro de Defensa y Exteriores Radosław Tomasz Sikorski ha acusado a Estados Unidos y ha argumentado que «la única lógica de Nord Stream era que Putin pudiera chantajear a Europa del Este o hacer la guerra con impunidad».