El nuevo plan pretende crear una normativa común, de modo que la orden a un inmigrante de abandonar un Estado miembro se considere una orden de abandonar toda la Unión. La propuesta, que aún requiere la aprobación del Parlamento Europeo y los Estados miembros de la UE, forma parte del pacto sobre migración y asilo acordado a finales de 2023.
La propuesta también permitiría a los Estados miembros detener a personas hasta dos años si representan un riesgo para la seguridad.
«La UE tiene algunos de los estándares de asilo más altos del mundo. Pero esto no es sostenible si personas que no tienen derecho a ello abusan del sistema», declaró el comisario europeo de Migración, Magnus Brunner, en una rueda de prensa el martes. «Sólo se van de la UE una de cada cinco personas a las que se les dice que la abandonen, y eso es inaceptable».
Los países miembros de la UE llevan tiempo enfrentándose a las dificultades para garantizar que los demandantes de asilo cuyas solicitudes son rechazadas abandonen el territorio europeo. La propuesta pretende abordar el problema enviando a los estos inmigrantes a puntos denominados «centros de retorno» en países fuera de la Unión mientras esperan su proceso de deportación definitiva.
Esto es lo que algunos han calificado como el 'modelo Meloni', pues la primera ministra italiana ya propuso esto mismo hace meses, ante lo que Bruselas se revolvió, calificándola de «xenófoba». Ahora, comprobada la insostenibilidad de la alternativa, replican su proyecto.
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