«Me uno al reclamo para que se revierta y corrija esta medida judicial contra la UCA», subraya el superior general, mientras pide «que cese la agresión gubernamental contra ella y sus integrantes». Solicita al régimen «que se abran caminos de diálogo en base a la verdad, la libertad y el derecho a la calidad de la educación de la juventud y de todo el pueblo de Nicaragua».
La carta del general, dirigida al superior de la Provincia de Centroamérica, José Domingo Cuesta, muestra también «mi solidaridad y la de toda la Compañía de Jesús». Y agradece a los docentes que han pasado por la UCA desde 1960 que se «hayan logrado avances tan importantes en madurar como universidad al servicio de la nación».
Arturo Sosa diagnostica los que cree son los motivos auténticos de este golpe a la institución educativa. «Un juicio justo, con una justicia imparcial, sacaría a la luz toda la trama que el Gobierno ha venido ejecutando, desde las protestas juveniles de 2018, contra la UCA, contra otras muchas obras de la Iglesia católica y contra miles de instituciones de la sociedad civil con el fin de asfixiarlas, cerrarlas o apropiárselas». Finalmente, denuncia que la universidad de los jesuitas sea solo la víctima más reciente de la persecución a la Iglesia y que «con calumnias semejantes han ultrajado también los derechos de tantas personas, su reputación, su vida y sus bienes».
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