de lejos

¿Por qué el abuso de poder al estilo Watergate termina muy mal?

Además de la dimisión de Richard Nixon, un total de 48 individuos fueron procesados y condenados

AFP

Esta historia comienza cuando Daniel Ellsberg, al que Kissinger denominó el hombre más peligroso de Estados Unidos, filtró en 1971 los llamados 'Papeles del Pentágono' al 'New York Times'. Esos documentos, realizados por el gobierno federal para consumo interno, formaban parte de una enciclopédica ... historia secreta sobre la escalada militar en Vietnam. Y demostraban hasta qué punto sucesivos ocupantes de la Casa Blanca mintieron sistemáticamente no sólo a la opinión pública sino también al Congreso con resultados catastróficos.

Tres días después de su publicación, Richard Nixon empezó a dar rienda suelta a su paranoia de leaks & plumbersque terminó por arruinar su carrera política. El presidente se creía asediado por enemigos en los medios de comunicación, las instituciones federales, el FBI, la judicatura, la academia... Y para detener nuevas e inconvenientes filtraciones, la Casa Blanca creó su propia unidad de metafóricos fontaneros, con licencia en la práctica para perpetrar toda clase de delitos y abusos de poder.

En ese contexto de actividades clandestinas e ilegales, se enmarca la incursión perpetrada durante la campaña presidencial de 1972 por una serie de chapuceros personajes conectados con la CIA en la sede nacional del Partido Demócrata, situada en un céntrico edificio de la capital conocido como Watergate. Cuando los intrusos fueron detenidos –con billetes nuevos, material de espionaje electrónico y números de teléfono directos para hablar con altos cargos de la Casa Blanca– se intentó banalizar lo ocurrido como un simple robo fallido. Pero Bob Woodward y Carl Bernstein, dos jóvenes reporteros del 'Washington Post', consiguieron documentar toda una letanía de actividades delictivas conectadas directamente con la Casa Blanca y el Departamento de Justicia.

Además de la excepcional dimisión de Richard Nixon el 9 de agosto de 1974, beneficiado por el posterior indulto de su sucesor Gerald Ford, un total de 48 individuos fueron procesados y condenados por delitos relacionados con Watergate. Incluido John Mitchell, el 'su-fiscal-general' de Nixon que además de ser inhabilitado como abogado terminó cumpliendo 19 meses de cárcel por conspiración criminal, obstrucción a la justicia y perjurio.

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