Zelaya amenaza a Micheletti: «El pueblo está dispuesto a sacar a los golpistas»

Advertencia o bravuconada, el depuesto presidente de Honduras, Manuel Zelaya, ha dado un ultimátum al Gobierno “de facto” de su país para que lo restituya en la Presidencia. De lo contrario, Zelaya procederá “con otras medidas” que, aún sin detallar, sugieren un levantamiento popular armado.

“Damos un ultimátum al régimen golpista (del presidente interino, Roberto Micheletti) para que a más tardar en la próxima reunión que se realizará esta semana en San José, Costa Rica, se cumplan los mandatos expresos de las organizaciones internacionales y de la Constitución hondureña”, dijo Zelaya en un comunicado leído en Managua, capital que visita por quinta vez desde que fuera derrocado hace poco más de dos semanas. De no cumplirse su demanda, “se considerará fracasada la mediación” del costarricense Óscar Arias en el conflicto.

Zelaya advierte de que, en ese supuesto, “se procederá con otras medidas”, que no ha precisado. Sólo anuncia que el “heroico pueblo” hondureño está dispuesto a “sacar” del poder a los “golpistas” y que la Constitución contempla el “derecho a la insurrección”. Del diálogo iniciado en San José, el ex mandatario sólo espera que se garantice su “inmediato, seguro e incondicional” retorno al poder.

Mientras Zelaya denuncia que el Gobierno surgido del golpe militar del 28 de junio aumenta la “represión sistemática” contra el pueblo hondureño y “se sostiene sólo por el temor a la violencia y la fuerza de las armas”, el Ejecutivo de Micheletti daba a conocer que 1.286 personas fueron detenidas durante el toque de queda impuesto por quince días –fue suspendido este pasado domingo– en el país. Los capturados estuvieron retenidos “sólo durante la noche y quedaban libres en la mañana”, dijo a Efe el portavoz de la Policía Nacional, Héctor Mejía, quien aseguró que durante ese tiempo se redujo en un 56 por ciento el índice de criminalidad.

Mientras, Abdalá Bucaram, ex presidente de Ecuador exiliado en Panamá, solicitó al Gobierno de Rafael Correa una investigación sobre su destitución en 1997 por el Parlamento, y comparó su caso con el de Zelaya. “Si reclamamos por el golpe a Zelaya, tenemos que aprender a reclamar por el golpe a Bucaram”, dijo quien gobernara Ecuador entre agosto de 1996 y febrero de 1997, y que fue destituido por el Parlamento por “incapacidad mental para gobernar” sin que mediara un examen médico.

Otro ex presidente ecuatoriano, Lucio Gutiérrez, también depuesto irregularmente por el Congreso de su país en 2005, acusó al secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), José Miguel Insulza, de no haber rechazado su derrocamiento, porque “estaba vinculado ideológicamente con los golpistas”. Pero –denuncia “Lucho” – ahora sí lo hace en Honduras, “también por vinculación ideológica”.

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