Trump busca asfixiar económicamente a Maduro

La diplomacia norteamericana trabaja también contrarreloj para reconocer a una nueva misión diplomática venezolana en Washington que represente los intereses no sólo de Guaidó como presidente en funciones sino también de la Asamblea Nacional, sede del poder legislativo. Una vez se haya conformado esa representación oficial y el embajador presente credenciales, EE.UU. procederá poner a disposición de Guaidó y su gobierno los bienes y fondos embargados al régimen chavista con sanciones.

En años recientes, a través de sanciones o por medio de procesos judiciales, las autoridades norteamericanas se han incautado de cientos de millones de euros expoliados a Venezuela por el régimen de Maduro que no han sido devueltos a Caracas porque, según dijo la fiscalía en un caso reciente, «el Gobierno de Venezuela no cumple los requisitos de víctima con derecho a ser restituida según las normativas vigentes». Las sanciones afectan especialmente a Maduro y su círculo más cercano.

La Casa Blanca estudia ahora cómo emplear el comercio de crudo con Venezuela a favor del nuevo Gobierno. Cada día las refinerías norteamericanas compran 500.000 barriles de petróleo venezolano. Mientras para EE.UU. esas compras son apenas un 7% del total, para el régimen venezolano suponen un 75% de sus ingresos en líquido por la venta de crudo. Si hasta ahora Trump estudiaba un embargo total, ahora se decanta por desviar los pagos al Gobierno de Guaidó, según dijeron ayer fuentes de la diplomacia norteamericana.

Pompeo, jefe de la diplomacia norteamericana, reveló ayer que ya tiene listos unos 20 millones de dólares (17 millones de euros) en ayuda humanitaria a distribuir por el régimen de Guaidó. Desde 2017, EE.UU. ha donado 140 millones, sobre todo destinados a los tres millones de exiliados que han huido de la carestía y al represión del régimen de Maduro.