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Teléfono rojo, volamos a Pyongyang

Más que para atacar a EE.UU., el fallido cohete norcoreano nació para afianzar el poder del caudillo Kim Jong-un y forzar las negociaciones de desarme nuclear a cambio de ayuda humanitaria

Teléfono rojo, volamos a Pyongyang AFP

PABLO M. DÍEZ

Nada más aterrizar en Corea del Norte, incluso antes de dejar las maletas en el hotel, «lo primero que hay que hacer» es ir a la colina de Mansu, que preside la capital, Pyongyang. No lo dicen los folletos turísticos, porque el país más ... hermético y aislado del mundo solo recibe cada año 20.000 visitantes, de los cuales la mayoría son chinos y menos de 3.000 occidentales. Quienes así lo mandan son los «guías-espías» que, asignados por el régimen, se pegan como una lapa al viajero para mantenerlo vigilado durante su estancia y que no se mueva libremente intentando entablar conversación con los norcoreanos.

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