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EDITORIAL ABC

El suicidio de Gran Bretaña

Las urnas debían aportar luz a la confusa situación del divorcio con la UE y, muy al contrario, han hecho más espesa la niebla que rodea este complejísimo asunto

La primera ministra de Reino Unido, Theresa May EFE

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En muy poco tiempo, los británicos han cometido dos errores históricos. Mejor dicho, los dirigentes conservadores británicos han llevado a su país a situaciones que han desembocado en lo que se podría considerar como dos goles marcados en su propia puerta. El primero fue el ... jugueteo de David Cameron con el referéndum sobre la salida de la UE y el segundo, y no menos grave, ha sido la convocatoria de estas elecciones anticipadas por parte de Theresa May. Las urnas debían aportar luz a la confusa situación del divorcio con la UE y, muy al contrario, han hecho más espesa la niebla que rodea este complejísimo asunto. Pocas veces es tan evidente un proceso de autodestrucción como el que se empeñan en alimentar en Gran Bretaña desde que la vida política de aquel país se dejó intoxicar por el nacionalismo inoculado por un partido populista y demagógico, el UKIP, que, por cierto, ha desaparecido del mapa electoral. Políticamente desorientados, sin un futuro claro en sus relaciones con sus vecinos y acosados por el terrorismo islamista en su propio territorio, los británicos se han metido en un laberinto formidable del que nadie acierta a ver la salida. Mucho menos los posibles beneficios que prometían los irresponsables partidarios del Brexit.

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