La misión de la Liga Árabe, sin intención de «echar a Al Asad» mientras crece el número de muertos

«Nuestro objetivo es observar (...), no echar al presidente, nuestro objetivo es devolver a Siria la paz y la seguridad», afirmó a través de un altavoz y subido a una tarima en una mezquita llena de manifestantes en el barrio de Douma, según se ha visto en unas imágenes difundidas en directo este viernes por la cadena de televisión Al Yazira .

Aun así, el observador, que no dijo su nombre, se comprometió a transmitir los motivos de queja de los manifestantes antigubernamentales. «Por lo que he escuchado, se está derramando sangre. Eso, seguro», añadió. De momento han llegado a Siria unos 60 observadores de una delegación que estará formada en total por 150 y que, previsiblemente, se quedará en el país un mes.

Su misión consiste en comprobar si Al Asad está aplicando el plan de paz de la Liga Árabe, que lo obliga a retirar a los militares de las ciudades, liberar a miles de presos políticos e iniciar un diálogo con la oposición. Los activistas opositores dicen que creen que muchos de los observadores simpatizan con el Gobierno sirio o que les resulta muy difícil hablar con ellos sin que estén presentes miembros de las autoridades sirias.

Mientras tanto, siguen las protestas y la represión. Cientos de miles de sirios han desafiado con renovado ímpetu al régimen. Las fuerzas de seguridad dispersaron con fuego real y gases lacrimógenos a los manifestantes que salieron a las calles.

La jornada, bautizada como «Viernes de dirigirse a las plazas de la Libertad», se saldó con un nuevo baño de sangre con la muerte de 27 personas, la mayoría en las provincias de Hama (centro), Deraa (sur) e Idleb (norte). El Observatorio Sirio de Derechos Humanos indicó que más de 250.000 personas tomaron las calles de distintas localidades de Idleb, cerca de la frontera con Turquía y uno de los principales feudos opositores.