Victoria «por los pelos» de Sarkozy en su duelo con François Hollande

Según un sondeo realizado entre sus lectores por el diario «Le Parisien» , en el que habían participado más de 6.000 votantes, a la hora de escribir esta crónica, Sarkozy “estuvo más convincente” para el 50.5 % de sus lectores . Un 49.5 % de los lectores del Parisien piensan que el más convincente fue Hollande. Se trata de un sondeo que puede cambiar al ritmo de nuevos posibles votantes.

«Le Parisien» es un diario político popular que pudiera calificarse de “centrista del centro”. Se dirige a un electorado poco marcado políticamente. Los grandes líderes suelen concederle entrevistas cuando quieren pasar un mensaje de fondo entre los electorados populares de izquierda y derecha. Tras esa primera estimación, provisional, una gran mayoría de sondeos afirman que el debate audiovisual entre el presidente y el candidato socialista a la presidencia de la República no modificará las intenciones de voto.

Según una estimación de «Le Figaro» , en la que han participado más de 45.000 de sus lectores, el 80 % de las personas que vieron el debate entre Sarkozy y Hollande afirman que ese duelo “no modifica sus intenciones de voto”. Según otra estimación del diario económico «Les Echos », el 50.10 de sus lectores afirman que el duelo si podría modificar el voto final, el domingo.

En el terreno de las estimaciones personales de los editorialistas de la prensa francesa, nadie se atreve a avanzar una “sentencia” definitiva. Según la edición online del semanario L'Express, “la prensa no corona ningún vencedor” .

«Le Monde» evoca un posible empate (“match nul”). Liberation estima que Hollande “presidió” el debate, sin avanzar una sentencia jupiterina. Le Figaro considera posible la victoria final de Sarkozy, avanzando una análisis contradictorio... a su modo de ver, Hollande es en bastante medida el candidato de lo “antiguo”, frente un Sarkozy que sería el candidato “moderno”.

El voto final quizá se esté decidiendo, todavía, entre una minoría significativa de indecisos , que oscilan entre el centro izquierda y el centro derecha, sin tener convicciones políticas particulares. Se trata de “minoría silenciosa” poco sensible a las consignas de ningún partido: electores de clases medias parcialmente inmunes a la algarabía política, que siguen “rumiando” su voto hasta el último momento, inclinándose finalmente por la “sentencia” del humor personal de última hora.