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El pistolero de Dallas sorprendió con tácticas de guerrilla urbana

Experimentado como tirador móvil en Afganistán, su versatilidad hizo creer a la Policía que no actuaba solo

Un hombre se para ante las capillas situadas a las afueras del edificio del Departamento de Policía de Dallas ayer, 9 de julio EFE

MANUEL ERICE

«Tenemos a un tío disparando con un rifle largo. ¿Dónde diablos está?» . La voz suena en la radio del coche policial con la respiración rápida de quien siente el peligro inminente. Un pistolero con capacidad para actuar también de francotirador acaba de descargar ... una tormenta de plomo sobre los agentes que velan por la seguridad de una protesta en Dallas. Pendientes de que la tensión acumulada los últimos días por la muerte de dos afroamericanos no derive en violencia, los policías se ven sorprendidos por la repentina descarga de balas, con la ágil repetición de una semiautomática. Los cientos de manifestantes se dispersan profiriendo gritos de pánico. Refugiados tras los coches y las columnas de los edificios, los distintos lugares de donde vienen los tiros llevan a la convicción policial de que puede haber hasta tres atacantes. En su primera comparecencia, el jefe de la Policía de Dallas, David Brown, anuncia que se busca a un mínimo de dos pistoleros. Las macabras tácticas de guerrilla urbana de Micah Xavier Johnson habían causado cinco muertos y siete heridos . La paciencia policial y la decisión del asesino conducirán horas después a su único final posible.

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