De lejos
Ocaso en la cumbre
Desde Alaska a la Patagonia, el continente americano comparte un grave declive democrático
Las Cumbres de las Américas fueron resultado del contagioso optimismo generado por el final de la Guerra Fría. De hecho, la ambiciosa iniciativa diplomática planteada por la Administración Clinton en 1994 aspiraba a convertirse en el principal foro para que todos los países del continente ... americano pudieran dialogar, trabajar juntos, forjar alianzas, compartir sus avances democráticos y fomentar tanto la sociedad civil como el emprendimiento.
Se aprovechó el agotamiento de dictaduras militares, el descrédito del comunismo y el final de terribles guerras civiles para colocar a la democracia en el centro de la agenda para las Américas. Hasta el punto de generarse un marco de respaldo mutuo, que quedaría plasmado en la Carta Democrática Interamericana firmada en 2001. Durante casi tres décadas, el formato funcionó relativamente bien, a pesar de no lograr una integración comercial hemisférica al estilo de la Unión Europa.
Ante la actual convocatoria en Los Ángeles, no se puede ignorar hasta qué punto las Cumbres de las Américas han dejado de ser un elemento de consenso en un continente más polarizado que nunca. Más allá de la menguante influencia de Estados Unidos en la región, el ocaso de este foro nacido del entusiasmo democrático de los noventa coincide con un peligroso retroceso de la democracia, desde Alaska a la Patagonia. Al siniestro eje del chándal (Cuba-Venezuela-Nicaragua) se suman ahora la izquierda radical en búsqueda de segundas oportunidades y los estragos del nacionalpopulismo.
En Washington, 17 meses después del asalto al Capitolio perpetrado por una horda inspirada por la gran mentira del robo de la reelección de Trump, la Cámara de Representantes tiene previsto hoy jueves comenzar una serie de sesiones especiales sobre esa conspiración sin precedentes. La gran ironía es que todos los canales de televisión de Estados Unidos han transmitido la pompa y circunstancia del Jubileo de Isabel II pero no todos van a retransmitir la pesquisa parlamentaria. Y es que la misma supervivencia de la democracia se ha convertido en una cuestión partidista para Estados Unidos.