El partido antiinmigración alemán ataca a Merkel en su congreso en Hannover

A pesar de la intensa nevada, varios miles de manifestantes protestaron pacíficamente a las puertas del congreso “contra la xenofobia que AfD intenta inocular en la política alemana” y el pianista Igor Levit, emigrante ruso establecido en Alemania, ofreció un concierto gratuito de bienvenida. “Mi familia fue un día como ellos y es necesario que sientan que son bienvenidos, nuestra música ha de escucharse más alto”, dijo. Pero en las urnas AfD comienza a sonar con fuerza. Tienen ya más del 10% en intención de voto y ambicionan abiertamente llegar al 20%.

Para lograr su objetivo, el partido acumula indignación de muy diversos ámbitos de la opinión pública. Se nutre de parados de larga duración, nostálgicos del marco alemán y descontento con las políticas europeas y rescates a países altamente endeudados. “La crisis del euro, la crisis de la Unión Europea y la crisis de la migración son consecuencia de una crisis democrática mucho más profunda"…, dijo Petry ante los 560 delegados, "vamos a poner fin al ocaso de la democracia".

El caso es que, consigan el resultado electoral que consigan, su mera presencia en el mapa político alemán está endureciendo las posturas sobre refugiados en las grandes formaciones políticas, que temen una fuga de votos. La Unión Cristianodemócrata (CDU) de Merkel, para contrarrestar, filtró ayer mismo y simultáneamente con la celebración del congreso de AfD que estudiará una propuesta para obligar a los refugiados a comprometerse con las leyes y valores nacionales, desde la igualdad de género hasta el reconocimiento del derecho de Israel a existir como Estado. La iniciativa parte de la vicepresidenta de la CDU y líder del partido en el estado de Renania del Norte-Palatinado, Julia Klöckner , que plantea que los refugiados suscriban un acuerdo con el Estado para garantizar su integración y comienza así a ganar perfil como posible sucesora de Merkel, por ahora sin sustituto.