El pánico vuelve a Sichuan
Trabajadores de los servicios de emergencia buscan supervivientes entre los escombros de la ciudad de BeichuanTEXTO Y FOTO PABLO M. DÍEZ ENVIADO ESPECIALCHENDU. El pánico se desató ayer de nuevo en
El pánico se desató ayer de nuevo en Chendu, la capital de la provincia china de Sichuan, que la pasada semana fue sacudida por un terremoto de 8 grados en la escala Richter.
A las 10 de la noche (hora local), el Gobierno provincial declaró ... la alerta al anunciar que se podrían producir réplicas de entre 6 y 7 grados, lo que desató la alarma entre los 6 millones de habitantes de esta ciudad del sur de China y echó a toda la población a la calle.
Los hoteles reunieron a sus huéspedes en la recepción, para evitar que se quedaran en sus habitaciones - por lo general ubicadas en los pisos superiores de esta urbe plagada de rascacielos. Al filo de la medianoche (hora local), algunos establecimientos decidieron evacuar a sus clientes y llevárselos cerca del río, donde estos días siguen acampadas miles de personas ante el temor de nuevos temblores.
Huida en masa
Mientras tanto, los asustados habitantes de Chendu hicieron acopio de víveres, mantas y sacos de dormir y desfilaron hacia las calles y parques para pasar la noche a la intemperie, pero a salvo de perecer sepultados en caso de que se derrumbaran sus bloques de viviendas.
Aquellos que disponían de un vehículo optaron por huir de la ciudad a toda prisa, por lo que los sonidos de Chendu han quedado colapsados por el intenso tráfico. El ulular de las sirenas de los coches de la policía y las ambulancias ha inundado las calles entre el pánico de la población.
El potente seísmo que sacudió la provincia china de Sichuan el pasado lunes día 12, el más grave registrado en China desde el que se cobrara 240.000 vidas en la ciudad de Tangshan en 1976, ha metido el miedo en el cuerpo a sus habitantes. No en vano, esta catástrofe ha causado cerca de 34.073 muertos y 245.108 heridos, según datos de los responsables sismológicos del Consejo del Estado, citado por la agencia oficial de noticias Xinhua. El seísmo ha dejado también a cerca de 5 millones de damnificados que se han quedado sin un hogar donde refugiarse.
Sin embargo, la cifra de fallecidos podría ser mucho mayor ya que el Gobierno calcula que podría llegar a los 50.000 muertos, porque aún quedan unas 9.500 personas sepultadas bajo los escombros. La devastación ha sido tal, que ciudades como Beichuan o Dujiangyang han quedado totalmente arrasadas.
Los mayores destrozos se produjeron en la primera localidad, que se ha convertido en una ciudad fantasma, ya que los supervivientes del seísmo han sido trasladados al estadio Jiuzhou, cercano a la ciudad de Miangyang.
Nuevos supervivientes
Pero mientras el número de víctimas no para de crecer, cada día se producen nuevos milagros en forma de supervivientes entre los destrozos ocasionados en el terremoto.
La última de estas apariciones, Li Mingcui, una mujer de 61 años que llevaba 145 horas atrapada entre los escombros, fue localizada por sus salvadores debajo de los restos de un bazar de Beichuan, según informó la agencia Reuters. La mujer fue trasladada posteriormente a un hospital cercano, donde se repone de sus heridas.
Los servicios de salvamento siguen buscando supervivientes entre las ruinas de Beichuan, según el jefe del equipo de rescate enviado por la Oficina Sismológica china, Li Hongguo.
Mientras tanto, más de 200 trabajadores de estos servicios de salvamento han quedado sepultados a causa de los corrimientos de tierras en la zona del suroeste de China afectada la semana pasada por el terremoto.
Los trabajadores -que participaban en la reparación de las carreteras destruidas en la provincia de Sichuan- han ido quedado sepultados a lo largo de los tres últimos días, según indicó Dai Dongchang, responsable del Ministerio de Transportes. Los derrumbamientos también enterraron dos aparatos de construcción y seis vehículos.
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