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El padre de Le Pen ya no consigue movilizar a sus seguidores

El fundador del Frente Nacional queda en evidencia en el tradicional homenaje que rinde cada 1 de mayo a Juana de Arco en el centro de París

El expresidente del partido de ultraderecha Frente Nacional Jean-Marie Le Pen da un discurso junto a la estatua de Juana de Arco en París EFE

EFE

La marginalidad política del líder histórico de la extrema derecha francesa, Jean-Marie Le Pen , quedó hoy en evidencia en el tradicional homenaje que rinde cada 1 de mayo a Juana de Arco en el centro de París al que acudieron unos cientos de nostálgicos en un acto en el que se le vio muy desmejorado.

Jean-Marie Le Pen (89 años) tuvo que hacer su discurso sentado y sólo pudo caminar unas decenas de metros hasta el estrado colocado en las proximidades de la estatua de Juana de Arco, a medio camino entre el jardín de las Tullerías y la avenida de la Ópera.

Su hija y candidata a las presidenciales, Marine Le Pen, que organizaba una hora después un mitin con miles de personas en Villepinte, a una quincena de kilómetros al norte de París, como el año pasado, se había desmarcado de esta conmemoración tradicional de la extrema derecha.

El f undador del Frente Nacional (excluido de la formación por sus exabruptos extremistas) se mantuvo en su línea argumental contra la inmigración y subrayando la supuesta «decadencia» de Francia, que atribuyó a «la corrupción moral e intelectual de las elites».

El viejo patriarca -que tuvo que interrumpir en varias ocasiones su discurso por problemas técnicos de sonido -, denunció que «hay un proceso de islamización de la sociedad en marcha» y que «en todas partes, la sharia (la ley islámica) ejerce una presión constante».

Evitó, en cualquier caso, un derrape dialéctico de magnitud que pudiera ser utilizado contra su hija en la campaña, aunque no se privó de cargar contra el rival de ésta el próximo domingo, el socioliberal Emmanuel Macron, favorito de las encuestas.

Replicó a Macron, que dice defender el «patriotismo» frente al «nacionalismo» que reprocha a Marine Le Pen. «El patriotismo, dicen algunos, es el amor a la patria y el nacionalismo el odio a los otros. No, señores del sistema -argumentó Jean-Marie Le Pen-, igual que el patriotismo es el amor a la patria, el nacionalismo es el amor a la nación».

También se esforzó en subrayar los vínculos del candidato socioliberal con el actual presidente francés, el socialista François Hollande, del que fue ministro de Economía durante dos años (de agosto de 2014 a agosto de 2016).

«Macron -dijo- es un Hollande bis. Nos habla de futuro pero no tiene hijos. (...) Dice que quiere dinamizar la economía cuando es uno de los que la han dinamitado».

« No puede ser el jefe de Estado de Francia ni el presidente de los franceses , sobre todo después de haber acusado a Francia de crímenes contra la humanidad», añadió el patriarca ultraderechista en alusión a unas palabras de Macron en las que había asociado el colonialismo con crímenes contra la humanidad.

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