Obama encarga medidas para la clase media tras la caída del 3,8% en el PIB
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, ha afirmado que la crisis económica actual es un "desastre continuo" para las familias y la clase política debe actuar "con rapidez y osadía" para hacerle frente.
Obama ha anunciado la creación de un grupo de trabajo, encabezado ... por el vicepresidente, Joe Biden, que se encargará de proponer medidas que favorezcan a la clase media, tras conocerse que el Producto Interior Bruto (PIB) del país se contrajo un 3,8 por ciento en el último trimestre de 2008, lo que representa la mayor caída de los últimos 26 años.
En el conjunto del pasado año, el Producto Interior Bruto (PIB) estadounidense creció un 1,3 por ciento. Desde el primer trimestre de 1982, cuando la Reserva Federal puso cota a los préstamos bancarios para frenar la inflación, la economía estadounidense no había registrado una caída tan pronunciada. En aquella ocasión fue del 6,4 por ciento Si bien técnicamente se requieren dos trimestres de contracción para que haya una recesión, la Oficina Nacional de Economistas de EEUU dictaminó hace unos meses que la recesión comenzó en este país en diciembre de 2007 a la vista del deterioro de varios indicadores, como el del empleo.
Los expertos habían pronosticado para el ultimo trimestre de 2008 un retroceso del 5,1 por ciento ante la constancia de la virulencia de la crisis financiera y la caída en el gasto de los consumidores. Si no ha sido así, opinan los expertos, fue por la acumulación de los inventarios de las empresas, que no cancelaron los pedidos pese a la caída del gasto de los consumidores.
De hecho, las ventas finales -indicador que se calcula tomando el PIB y restándole los inventarios- cayeron en el ultimo trimestre en un 5,1 por ciento. En el ultimo trimestre de 2008, los inventarios aportaron 1,3 puntos al PIB, algo que ya no ocurrirá en el primer trimestre de este año, en el se espera de nuevo una contracción superior al 5 por ciento. El aumento de los inventarios permitió compensar la caída del gasto de los consumidores.
El comercio exterior, muy afectado
Los estadounidenses, que durante una década se acostumbraron a tirar de tarjeta y del crédito para financiar su nivel de vida, gastaron en el último trimestre un 3,5 por ciento menos que en el año anterior. En el tercer trimestre la caída fue del 3,8 por ciento.
Las empresas redujeron además sus inversiones en maquinaria y equipamiento y otros bienes de capital en un 19,1 por ciento, con el único objeto de reducir sus costes. El comercio exterior también se vio afectado por la crisis. Los estadounidenses adquirieron menos bienes y servicios del exterior, lo que hizo que las exportaciones cayeron un 19,7 por ciento y las importaciones un 15,7 por ciento.
Otros factores que contribuyeron al PIB fueron las devoluciones de impuestos que el Gobierno hizo llegar a más de 130 millones de contribuyentes a mediados del año pasado, lo que le supuso el desembolso de unos 168.000 millones de dólares. No obstante, las cifras dadas a conocer hoy alientan el debate sobre la necesidad de lanzar un ambicioso plan de estímulo que reactive el consumo y la inversión en el país.
A juicio de Cristina Rohmer, presidenta del Consejo de Asesores Económicos de la Casa Blanca, es necesario "un estímulo fiscal enérgico, bien diseñado" para dar la vuelta a "este grave declive y para devolver la economía al camino del crecimiento". La Casa Blanca defiende un plan de estímulo económico que esta semana ya recibió el visto bueno de la Cámara de Representantes y está aún pendiente de debatir en el Senado.
El plan está dotado con cerca de 819.000 millones de dólares, de los que cerca de 275.000 millones se destinarían a recortes de impuestos y en torno al medio billón, a inversiones en infraestructuras, energía, nuevas tecnologías y educación.
La Casa Blanca sostiene que con este proyecto será posible crear o evitar la pérdida de entre tres y cuatro millones de empleos. La oposición republicana se opone a la medida al reclamar mayores recortes fiscales y opinar que buena parte de las inversiones representan un despilfarro y harán poco por estimular la economía real o crear puestos de trabajo.
Junto con la evolución del PIB, el Gobierno dio hoy datos de la evolución del índice de precios del consumidor, un indicador de la inflación al que se presta mucha importancia. Este índice se moderó y registró en el último trimestre una subida, excluidos los alimentos y los combustibles, del 0,6 por ciento, frente al 2,4 del trimestre anterior. En todo el año el alza fue del 2,2 por ciento.
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