Primera condena contra un alto cargo del régimen de Mubarak

De acuerdo con el tribunal, El Adli, entre otros actos de enriquecimiento ilícito, utilizó los recursos de su ministerio para asegurar la venta de un terreno de su propiedad por el que obtuvo ganancias de 4’85 millones de libras egipcias (unos 550.000 euros). Este proceso ha juzgado únicamente los delitos presuntamente cometidos por El Adli (que lleva en el cargo desde 1997) desde octubre de 2010 hasta su cese forzoso el pasado 7 de febrero.

Pero para muchos egipcios, El Adli encarna ante todo el terrible aparato represor del régimen de Mubarak, encargado de supervisar no sólo la temida Amn Dawla (“Seguridad del Estado”, cuya función era la supresión de la disidencia interna) sino también la corrupta policía. Por ello, tiene pendiente otro juicio por la muerte de los 846 manifestantes asesinados por las fuerzas de seguridad durante las revueltas populares que acabaron con el derrocamiento del ex presidente Mubarak (quien, junto a varios miembros de su familia, enfrenta también sus propias acusaciones de corrupción y responsabilidad por la muerte de opositores).

El perfil siniestro de El Adli va aún más allá : el fiscal general de Egipto, Abdl Maguid Mahmud, le acusa también de ser el inductor del atentado cometido la pasada Nochevieja contra la iglesia de Al Qiddisin, en Alejandría, en el que murieron 24 personas, con el propósito de “culpar a los islamistas, incrementar la represión sobre éstos y ganar apoyo occidental” para el régimen.

La próxima sesión de este segundo juicio contra El Adli está prevista para el día 21 de este mismo mes.