Al menos 16 jóvenes muertos al estrellarse e incendiarse un autobús húngaro cerca de Verona

El ministro de Exteriores de Hungría, Peter Szijjarto, ha hecho este balance provisional en una rueda de prensa: 16 muertos, un herido en coma, 12 heridos graves, 13 con heridas leves y 12 personas ilesas.

El tremendo impacto lanzó a algunos fuera del autobús y otros se quedaron atrapados en el interior, mientras las llamas invadían el vehículo. La mayoría de las personas dormía en el momento del accidente. Trece jóvenes «se salvaron saliendo por las ventanillas», explicó Girolamo Lacquaniti, de la policía de carreteras. La identificación de las víctimas es muy difícil, porque diversos cuerpos están carbonizados .

Dramático es el testimonio de un automovilista que vio el accidente: «Me bajé de mi coche y fui a comprobar qué había pasado y ver si tenían necesidad de ayuda. Escuché gritos y algunos se ponían las manos en la cabeza. He visto gente que se quemaba viva ; son imágenes terribles que no podré olvidar nunca».

«Hay un estudiante héroe entre las víctimas del accidente», revela el policía Lacquaniti, quien explica: «Encontramos su cuerpo al lado de una de las ventanillas. Tenía todavía en la mano el martillo con el que rompió el cristal de la ventanilla lo que permitió a otros jóvenes salir y salvarse».

Otro héroe fue uno de los profesores que acompañaba a los jóvenes: «Un profesor de educación física ha salvado a muchos jóvenes entrando en el autobús en medio de las llamas. Ahora está hospitalizado con profundas quemaduras en la espalda», ha confirmado la cónsul general de Hungría, Judit Timaffy.

Por el momento están abiertas todas las hipótesis sobre las causas del accidente. Los investigadores están recogiendo diversos testimonios, entre ellos el de un camionero que una treintena de kilómetros antes del lugar del accidente vio una rueda del autobús con problemas . La policía no excluye que el conductor hubiera sufrido un mareo o un golpe de sueño por conducir excesivas horas.