Macron teme que Mali caiga en poder de los yihadistas

A los cinco días del segundo golpe de estado que se ha sucedido en Mali, en nueve meses, el presidente francés ha declarado a varios medios que lo han acompañado en su gira africana: « El golpe de Estado es inaceptable, para la Unión Europea y para Francia . El presidente depuesto por los militares aseguraba que Malí no aceptaría la presencia yihadista. Los soldados franceses no aceptarán un Malí controlado por el yihadismo. Si esa fuese la tentación, hoy, Francia se retirará de Malí».

Mali es una suerte de 'vientre fofo' de Sahel, la inmensa franja sahariana, del Atlántico al Pacífico. Desde 2014, Francia montó con ayuda de algunos aliados europeos (Reino Unido, España, Estonia, Dinamarca y República Checa), la operación Barkhane , concebida para defender la seguridad de cinco estados muy frágiles, Mauritania, Mali, Burkina Faso, Níger y Chad (G5), víctimas de la inseguridad crónica y la presencia permanente de varios grupúsculos terroristas islámicos.

A finales del mes de agosto del 2020, Mali fue víctima de un penúltimo golpe de estado. El pasado lunes día 24, el coronel Assimi Goïta, el vicepresidente transitorio anunció que el presidente Bah Ndaw y el primer ministro Moctar Ouan e habían sido «depuestos» de sus funciones y prometió elecciones en 2022. Cinco días después reacciona con una advertencia doblemente amenazante.

La inestabilidad crónica de Mali confirma la progresión del yihadismo en el corazón de África, amenazando con propagara la desestabilización en los estados fronterizos, Marruecos, Argelia, Túnez, a las puertas de Europa .

Esa inestabilidad es una amenaza directa y grave para las minas de uranio de Níger, esenciales para la industria nuclear francesa, en la frontera este de Mali.