Libia entierra la herencia de Gadafi
Un año después de la captura y ejecución del dictador las nuevas autoridades intentan avanzar en el proceso de reconciliación nacional
Libia entierra la herencia de Gadafi
El día más importante para millones de libios no está marcado como una jornada de fiesta nacional, tendrán que esperar hasta el martes, declarado el Día de la Liberación , para celebrar la muerte de Muamar Gadafi.
Hace un año el país norteafricano se ... enfrentaba a su octavo mes de guerra y los rebeldes se desesperaban porque no podían cazar a Gadafi. Gracias a la ayuda de la OTAN los feudos fieles al mandatario fueron cayendo uno tras otro hasta que la lucha se redujo a Sirte, localidad natal del líder de la entonces la Gran Yamahiriya Árabe Libia Popular y Socialista.
La mañana del 20 de octubre los aviones de la Alianza atacaron un convoy de coches que trataba de abandonar Sirte y las milicias llegadas de la vecina Misrata esperaban sobre el terreno para no dejar escapar a los supervivientes. Una operación diseñada por los servicios de inteligencia franceses gracias al número del teléfono satélite facilitado por Siria , según las revelaciones del ex jefe de inteligencia rebelde, Rami El Obeidi, al diario «The Telegraph».
«Sabíamos que venía alguien importante, pero no sabíamos quién» , confesó uno de los participantes en la emboscada entrevistado por este enviado especial 24 horas después de los hechos. Esa persona «importante» era el mismísimo Coronel Gadafi cuya última orden fue organizar este convoy que le llevara al desierto, su última esperanza para huir vivo del asedio de Sirte.
No lo consiguió. El mandatario fue capturado cuando buscaba refugio en una tubería de cemento y posteriormente fue ejecutado por los milicianos de Misrata que se llevaron su cuerpo para lucirlo como un trofeo de caza en un congelador para animales . La misma suerte corrió su hijo Mutassem y el resto de acompañantes ya que, según el informe de Human Rights Watch publicado el miércoles, 66 personas del convoy fueron ejecutadas por los milicianos.
«La prioridad ahora mismo es lograr la reconciliación nacional », declaró el recién elegido primer ministro, Ali Zidan, en su ceremonia de investidura celebrada esta misma semana. Las zonas leales al dictador fueron liberadas a la fuerza y los choques esporádicos no han cesado en los últimos doce meses.
Sirte, Bani Walid o Tawarga son los tres principales focos gadafistas donde los ciudadanos denuncian acciones sistemáticas de venganza por parte de los vencedores. Las organizaciones de derechos humanos alertan informe tras informe de la necesidad de cerrar esta herida y exigen, entre otras cosas, un cambio de actitud con los miles de presos del antiguo régimen que permanecen a la espera de un juicio.
Las rivalidades no son solo entre partidarios y detractores del antiguo régimen, también existe una competición entre ciudades . Por encima del conflicto inicial de competencias entre Bengasi, cuna de la revolución, y Trípoli, centro político y comercial, Zintán, cuyas milicias se autoproclaman las liberadoras de la capital, se niega a transferir la custodia de Saif El Islam, hijo de Gadafi llamado a sustituirle, preso desde octubre en algún punto secreto de esta ciudad de la montaña.
Desarme de milicias
Otro de los pilares para la reconciliación es el desarme de las milicias que tras varios meses alardeando de ser las liberadoras del país terminaron convirtiéndose en un problema y han ido perdiendo el favor de gran parte de la población .
El asesinato del embajador de Estados Unidos en Bengasi el mes pasado fue la gota que colmó el vaso. Una multitud se echó a las calles para protestar por el asalto al consulado de un país que fue clave en el derrocamiento de Gadafi y pedir seguridad ante estos grupos armados irregulares, muchos de ellos vinculados a grupos extremistas religiosos, otro de los grandes peligros destapados tras la caída del régimen. Las autoridades tratan de reconvertir a los milicianos en miembros de las nuevas fuerzas armadas y el proceso está dando sus primeros pasos.
42 años de gadafismo y 8 meses de guerra dejaron un país arrasado, pero en los últimos doce meses ha habido avances. Libia celebró sus primeras elecciones democráticas en las que, a diferencia del resto de países que han pasado por un proceso revolucionario, los ganadores no fueron los Hermanos Musulmanes.
Los votantes optaron por la Alianza Nacional de Fuerzas (ANF), una coalición dirigida por el ex primer ministro Mahmoud Jibril etiquetada de liberal. La producción de petróleo se ha situado en los niveles anteriores a la revuelta con una media de 1,6 millones de barriles al día y este debe ser el dinero que sirva para construir unas instituciones tan importantes como inexistentes en el antiguo régimen.
La post revolución tiene en común con el resto de protagonistas de la llamada «Primavera Árabe» la exigencia por parte del pueblo de mejorar la situación económica y rebajar las cifras de desempleo. La nueva Libia cumple un año y tiene mucho trabajo por delante para corregir los errores del pasado reciente .
Noticias relacionadas
- La muerte de Gadafi sigue sin ser investigada un año después
- La defensa del hijo de Gadafi dice que será condenado a muerte si lo juzga Libia
- Libia pide al TPI más tiempo para juzgar al hijo de Gadafi
- Assad vendió a Francia el número de teléfono de Gadafi a cambio de reducir la presión
- Libia pide al TPI más tiempo para juzgar al hijo de Gadafi
- El embajador de EE.UU. en Libia temía estar en la lista de objetivos de Al Qaida
- Al Qaida asegura que el ataque de Bengasi fue en venganza por la muerte de su número 2
- EE.UU. enviará aviones no tripulados y buques de guerra a Libia tras la muerte de su embajador
Ver comentarios