La izquierda acaba este martes con el gobierno de Passos Coelho en Portugal

« Tenemos la legitimidad sustancial y no meramente formal », manifestó Passos Coelho en la apertura del debate parlamentario dedicado a la presentación del programa del Gobierno que encabeza.

El primer ministro reconoció que ve «con preocupación» las promesas de la izquierda portuguesa , que se prepara para una moción parlamentaria que daría paso a un pacto de Gobierno liderado por los socialistas y apoyado por los marxistas del Bloque de Izquierda y los comunistas (suman 122 diputados, seis más que la mayoría absoluta).

Passos Coelho, cuya formación ganó los comicios del 4 de octubre pero sin mayoría absoluta en el Parlamento, donde cuenta con 107 escaños, criticó al moderado Partido Socialista (PS), con el que no logró llegar a un acuerdo para gobernar.

« Una cosa es el diálogo y la cultura del compromiso y otra es que cambiemos nuestro programa , el mismo que votaron una mayoría de los portugueses», denunció Passos Coelho, antes de alertar de que el pacto de izquierda representa una amenaza para los compromisos europeos.

El jefe de Gobierno, que podría dejar de serlo mañana si prospera la moción contra su Ejecutivo -formado por el Partido Social Demócrata (dentro-derecha) y el democristiano CDS-PP-, se presentó como una solución de «estabilidad» que se maneja con escenarios realistas.

Ahondó en sus críticas a la izquierda portuguesa, que pretende eliminar rápidamente las medidas de austeridad impuestas en los años del rescate financiero (2011-2014).

Si la moción de rechazo prospera, la decisión de nombrar primer ministro al líder socialista, António Costa , corresponderá al jefe del Estado, el también conservador Aníbal Cavaco Silva, quien ya mostró sus reservas a una solución de Gobierno en Portugal con marxistas y comunistas.

El programa de Gobierno elaborado por los socialistas portugueses incluye revertir todas las privatizaciones y concesiones realizadas en el sector del transporte público , incluidas las que ganaron las empresas españolas Alsa y Avanza.

Así figura en el documento, cuyos detalles son analizados este lunes en profundidad por los medios y analistas lusos, coincidiendo con el inicio del primer debate parlamentario de la legislatura.

La aplicación de este programa dependerá de si finalmente los tres partidos de izquierda -socialistas, marxistas y comunistas- aprueban mañana, como prevén, una «moción de rechazo» que supondría la dimisión inmediata del actual Ejecutivo portugués, de signo conservador y que tomó posesión hace apenas diez días. Una vez derribado, la decisión regresaría a manos del jefe del Estado, Aníbal Cavaco Silva , quien en ese caso debería escoger nuevamente a un candidato para formar Gobierno en Portugal.

Los socialistas creen que, dadas las circunstancias, el presidente tendría que permitirles acceder al poder ya que, aunque quedaron segundos en las legislativas -con más del 32 % de los votos, seis puntos menos que los conservadores-, tendrían mayoría absoluta en la cámara gracias al apoyo de marxistas y comunistas.

En su programa de Gobierno -que incluye las contribuciones de la izquierda radical-, el PS anuncia que «el refuerzo de las competencias de los municipios en el área de los transportes implica la anulación de las concesiones y privatizaciones en curso de los transportes colectivos de Lisboa y Oporto».

En el programa electoral, el texto se limitaba a señalar que debían ser «frenados» los procesos en curso, sin mencionar la palabra «anular» ni especificar las ciudades. El grupo español Avanza -perteneciente a la multinacional de origen mexicano ADO- ganó el concurso de subconcesión lanzado por el Ejecutivo luso para entregar a manos privadas la gestión de la red de metro y autobuses urbanos de Lisboa en los próximos ocho años.

Por su parte, la también española Alsa fue la vencedora del concurso para gestionar la red de autobuses urbanos de Oporto, en manos de la empresa pública SCTP, mientras que el metro de esta misma ciudad fue para la francesa Transdev. La subconcesión del metro y el autobús de Oporto fue otorgada inicialmente al consorcio español Transportes Ciudad Condal (TCC) de Barcelona, formado por las catalanas TMB y Moventis, pero el Ejecutivo lo anuló por falta de pago de una de las fianzas exigidas y relanzó el concurso.

Todas estas operaciones se encuentran pendientes todavía del visto bueno del Tribunal de Cuentas, cuya aprobación es un requisito imprescindible, de acuerdo con la legislación portuguesa.

En el programa socialista también se hace referencia al proceso de privatización de la aerolínea TAP , vendida en junio al consorcio Gateway, formado por el brasileño-estadounidense David Neeleman y el portugués Humberto Pedrosa. En este caso, el PS mantiene su promesa electoral y asegura que no permitirá que el Estado «pierda la titularidad sobre la mayoría del capital social de TAP», y se compromete a encontrar la forma de recapitalizar la compañía.