El hundimiento islamista
Pakistán da la espalda a los radicales en el primer viernes sin Bin Laden: apenas se manifiestan unas 1.500 personas
El hundimiento islamista
Cinco de la tarde. Los responsables de Jamat e Islami (JI), principal partido islamista de Pakistán, envían mensajes de texto a los periodistas para avisar de que la gran manifestación contra la intervención americana y rezar por el alma del «mártir» Bin Laden se retrasa ... media hora por la lluvia. El lugar de inicio de la marcha es el Club de Prensa de Rawalpindi, donde un gran número de profesionales espera a los extremistas para cubrir su reacción tras la muerte del líder de Al Qaida el pasado lunes. Pese al llamamiento a echarse a las calles, apenas 1.500 personas se congregaron en Quetta. Lahore, Peshawar como Karachi, las otras grandes urbes del país, no registraron protestas importantes. Tampoco en Abbottabad, localidad donde fue abatido Osama, hubo movilizaciones en un día en el que las fuerzas de seguridad detuvieron a cuarenta personas por su presunta vinculación con el terrorista más buscado, según informó el centro oficial de inteligencia estadounidense, Open Source. La ciudad anexa a Islamabad, Rawalpindi, era la última esperanza islamista a media tarde.
Al poco rato aparece una furgoneta con un altavoz en su parte superior, seguida de un centenar de personas con banderas verdes y azules de JI. «¡Muerte a América!», «¡No olvidaremos al mártir Osama!», gritan ante las cámaras sin demasiado entusiasmo antes de iniciar un recorrido de apenas 300 metros que parece más una concesión a los medios que una auténtica movilización. Los responsables atribuyeron el fracaso de la manifestación al «mal tiempo» y fue el epílogo de un viernes marcado por la expectación ante la reacción a la muerte de Osama en los feudos más extremistas del país. Tanto en Pakistán, como el resto de la región, nadie pareció echar demasiado de menos a Bin Laden como para echarse a las calles.
A las puertas de la Mezquita Roja de Islamabad, más periodistas que fieles esperaban al mediodía la salida del «maulana» (dignidad musulmana) Abdul Aziz Ghazi que, con aire muy serio, aseguró que «el mártir Osama ya está en el paraíso, pero la “yihad” goza de buena salud y dispone de muchos nuevos líderes. Hay muchos “osamas” dispuestos a dar su vida por el islam». Durante su mensaje a los fieles previo a la oración calificó al líder terrorista de «buen musulmán» y advirtió que «la guerra santa contra los americanos va a durar mucho tiempo».
Ataque con «drones»
En Washington parecen tener también claro que la guerra no ha terminado y sus aviones no tripulados volvieron a golpear las zonas tribales de Pakistán 24 horas después de que el Ejército de este país les pidiera reducir al «mínimo imprescindible» su presencia y amenazara con revisar la cooperación en materia antiterrorista, tras las declaraciones de los responsables de la CIA de su silencio sobre la operación contra Bin Laden para evitar que los paquistaníes dieran la voz de alarma. Al menos diez presuntos militantes murieron en Waziristán tras el lanzamiento de ocho misiles, según informaron a medios locales testigos de la zona.
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