La gran transición francesa acelera su ceremonial

“¿Retirarse de la política? ¿Sarkozy..? ¡Ni en sueños, vamos..!” comenta riendo Roselyne Bachelot, ex ministra. Todavía en el Elíseo, durante una jornada muy larga, Sarkozy ya tiene alquilado el piso donde comenzará su nueva vida pública, en el mismo inmueble donde trabajó un gran mecenas y pintor impresionista, Gustave Caillebotte, entre el segundo domicilio de Marcel Proust y el antiguo taller de un gran escultor español, Sebastián Miranda.

Menos lírico, Hollande lleva una semana durmiendo menos de seis horas, sin saber si tendrá “estado de gracia”, más allá de unas semanas, muy cortas.

Los primeros y discretísimos enviados de Obama han hecho llegar un mensaje claro y simple: “En Afganistán, entramos juntos y saldremos juntos”. Los hombres de Merkel y la misma canciller de Alemania llevan una larga semana enviando mensajes. Hollande encaja y prepara su gobierno.

Jean-Marc Ayrault se cotiza como posible primer ministro. Alcalde de Nantes, presidente del grupo socialista en la Asamblea Nacional, es el político francés que mejor habla alemán , con mucho. Ventaja nada desdeñable, en los tiempos que corren.

El hijo de un refugiado español, Aquilino Morelle , está escribiendo el discurso que pronunciará Hollande cuando Sarkozy abandone el Elíseo y el nuevo presidente entre en funciones. Antes de viajar a Berlín , para celebrar una cena de trabajo con Angela Merkel, el presidente de la República dará a conocer el nombre de su primer ministro y jefe del gobierno que se formará el miércoles, para celebrar su primer consejo el jueves.

La primera medida simbólica del nuevo presidente de Francia pudiera ser la reducción del salario oficial del jefe del Estado y su gobierno. Esa fue su promesa, al menos.

La instalación de François Hollande en el Elíseo se consumará sin mucha pompa, pero con algunos roces familiares de fondo. Ségolène Royal, que fue la compañera del presidente, durante más treinta años, no desea que ninguno de sus cuatro hijos esté presente en las ceremonias y actos oficiales que instalarán a su padre en la residencia oficial del jefe del Estado. Hollande estará acompañado en todo momento por su nueva compañera sentimental, Valérie Trierweiler .

Consumado el traspaso de poderes, Nicolas Sarkozy abandonará el Elíseo “como un ciudadano más”, para tomarse unos días de “reflexión” antes de iniciar su nueva vida pública.