Las claves de las elecciones de Francia
Diez candidatos concurren a las elecciones presidenciales, pero solo seis juegan un papel significativo. Las opciones de Sarkozy pasan por el sentido del voto de la extrema derecha
Juan Pedro Quiñonero
Las elecciones presidenciales del 22 de abril y el 6 de mayo próximo son unas de las más imprevisibles de la historia de la V República francesa . Su resultado tendrá consecuencias de muy primera importancia para toda Europa, ya que el «modelo» francés influirá ... para bien o para mal en la salida de la crisis de toda la zona euro .
Diez candidatos participan en la primera vuelta, Nicolas Sarkozy (centro derecha), François Hollande (socialista), François Bayrou (centro), Marine Le Pen (extrema derecha), Eva Joly (ecologista), Jean-Luc Mélenchon (comunistas y extrema izquierda), Nathalie Arthaud (extrema izquierda), Philippe Poutou (extrema izquierda), Nicolas Dupont-Aignan (nacionalista conservador) y Jacques Cheminade (ultra).
Pero solo seis juegan un papel significativo. Dos de las candidaturas de extrema izquierda y las dos candidaturas ultra nacionalistas apenas «pesan» entre un 0.10 % y un 1 %. Se trata de candidaturas testimoniales.
Quién es quién
La candidata ecologista, Eva Joly , apenas cuenta con un 2 % de intenciones de voto. Ella ha hundido todas las esperanzas ecologistas, con una campaña catastrófica.
En la extrema izquierda, Jean-Luc Mélenchon (que tiene antecedentes familiares españoles) es la «esperanza» de los comunistas y la izquierda de la izquierda. Es un tribuno populista que se cotiza en torno al 14% de las intenciones de voto, en la primera vuelta. Su verbo seduce en los sectores sociales con menos cultura, atrayendo a algunos intelectuales anti europeos y anti euro. Sueña con quitar a Marine Le Pen el tercer puesto en la primera ronda.
A la extrema derecha, Marine Le Pen continúa al frente del partido preferido de los obreros franceses, el Frente Nacional. Ha hecho campaña contra Europa, contra el euro, contra el capitalismo, contra los EE.UU. , contra los inmigrantes, contra los musulmanes, contra las élites... con esos discursos apocalípticos consigue el 16% de apoyo en primera vuelta.
François Bayrou se presenta como el declinante candidato centrista. Apenas cuenta con un 11 % de intenciones de voto en la primera vuelta. Pudiera vivir una nueva humillación histórica. Un hombre históricamente conservador, que descubre los valores del centro político, para ser derrotado por los extremos.
François Hollande , el candidato socialista, ha sido el favorito de todos los sondeos, desde el otoño pasado, hasta mediados del mes de marzo, cuando comenzó a retroceder y perder el liderazgo de la primera vuelta . Hollande tiene hoy un 26 % de intenciones de voto en la primera vuelta. Y se cotiza como vencedor en la segunda. Sin embargo, su estancamiento y retroceso en los sondeos es interpretando como una tendencia temible para él.
Nicolas Sarkozy , presidente candidato se cotiza hoy como posible vencedor de la primera vuelta, con un 28.5 % de intenciones de voto. Todos los sondeos anunciaban la derrota “segura” de Sarkozy desde hace un año. Desde mediados del mes de marzo pasado, todos los sondeos anuncia una tendencia a la alza, cambiando el rumbo de la elección presidencial. Sarkozy espera seguir ganando puntos en la recta final de la campaña .
Decisivo voto de la extrema derecha
El ganador de la primera vuelta (Sarkozy, según todos los sondeos), iniciará la campaña de la segunda vuelta en posición de ventaja. Pero el ganador de la segunda ronda, el 6 de mayo, deberá contar con el imprevisible voto centrista y de extrema derecha.
Ante la segunda vuelta, Hollande tiene seguros los votos de la extrema izquierda; Sarkozy no los del centro y la extrema derecha. Históricamente, desde 1981, una parte de los electores de la familia Le Pen prefiere votar socialista (Mitterrand) antes que votar al candidato conservador (Chirac, ayer; Sarkozy, mañana). Ese voto «perverso» será determinante, cuando el futuro de toda la zona euro ha quedado parcialmente hipotecado a las presidenciales francesas. La extrema derecha puede dar el poder al candidato socialista, eliminando a Sarkozy.
Hollande ha prometido que rechazará y renegociará los proyectos europeos de convergencia fiscal y austeridad prespuestaria, negándose a aplicar, en Francia, la «regla de oro», que Alemania y España han aprobado e intentan aplicar. Sarkozy, por el contrario, espera poder reformar la Constitución para imponer a Francia una cura de austeridad que lleva años aplazándose.
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