El fantasma del hambre en el horizonte

La Administración Obama descarta reunirse hoy con la delegación de Micheletti en Washington, pero recibirá al depuesto Zelaya. Honduras es la tercera nación más pobre de América y se enfrentará a sanciones si EE.UU. califica la crisis de golpe de Estado

La comunidad internacional se mantiene intransigente con el gobierno «de facto». Tras los incidentes de anteayer, que se cobraron las primeras dos vidas después del golpe militar, el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, exhortó a la Organización de Estados Americanos (OEA) a ... que lidere una solución pacífica que permita restaurar el orden constitucional.

Aún parece lejano el momento en que el presidente interino Roberto Micheletti pueda exclamar, como hiciera Colón cuando pisó estas tierras tras sortear una tormenta: «Gracias a Dios que al fin salimos de esas honduras». Pero su embajador en EE.UU., Roberto Flores, dijo ayer que la OEA ha dado «una respuesta positiva» a la propuesta de diálogo hecha la víspera.

Representantes suyos están ya en Washington. A la capital estadounidense se dirigió también el depuesto Manuel Zelaya desde El Salvador, no sin antes avisar de que trataría de tomar tierra nuevamente en su país. Quizá esta vez lleve el paracaídas del que lamentó carecer cuando sobrevolaba el domingo los cielos de Tegucigalpa.

No lo reconocen

En Washington, la Casa Blanca descartó ayer reunirse con la delegación del nuevo Ejecutivo, pero adelantó que «seguramente» lo hará con Zelaya. «No sabemos nada de una delegación viniendo aquí, pero si es del régimen «de facto», el Departamento de Estado no se reuniría con ellos», porque se trataría de un gobierno que EE.UU. no reconoce, afirmó su portavoz, Ian Kelly.

Para Honduras -la tercera nación más pobre del continente, detrás de Haití y Bolivia- la ayuda internacional es el pulmón por el que respira la mitad de sus siete millones y medio de habitantes, que viven en la pobreza. Pero, tras su suspensión de la OEA, quedará excluida de los créditos del Banco Interamericano de Desarrollo y de sus programas de cooperación.

El gobierno de Micheletti fue recibido con aislamiento diplomático y sanciones económicas. El Salvador, Guatemala y Nicaragua decretaban el cierre de sus fronteras terrestres durante 48 horas (lo que provocó la protesta de sus cámaras de comercio), el Sistema de Integración Centroamericana suspendía todos los préstamos y los bancos Mundial e Interamericano de Desarrollo congelaron sus operaciones.

La gravedad de la situación determinó, según «Radio Globo», que importantes empresarios hondureños se encararan con Micheletti durante una reunión que nadie ha desmentido. Preguntado por la misma, el gobernante se limitó a responder: «Yo no acepto presiones de nadie».

Manuel de Jesús Bautista, presidente del Colegio de Economistas, estima que con un cierre de fronteras «pueden escasear algunos productos básicos, pero podríamos buscar otros proveedores». Aunque el aislamiento, «a corto plazo, sí tendrá efecto sobre el empleo». Sobre su impacto en el PIB, Bautista opina que «si el crecimiento previsto del 2 por ciento para 2009 ya era optimista, ahora probablemente será de cero». En cambio, la congelación de ayudas no implicaría mayores daños, «pues desde el año pasado tenemos mil millones de dólares que no se han podido aplicar por la falta de presupuestos del Estado». Éstos, en 2008, fueron de 4.300 millones de euros, la mitad que los de Madrid.

Condonación de la deuda

Bautista define la gestión inicial de Zelaya como «buena, pues se venía de una condonación de deuda fuerte. Cuando comienzan la polarización política y la crisis internacional, en 2008, las medidas populistas tuvieron un efecto negativo: se aumentó el salario mínimo en un 60 por ciento (de 3.400 a 5.500 lempiras: 130 y 210 euros, respectivamente), lo que forzó a que muchas empresas despidieran trabajadores».

Si EE.UU. calificase como golpe de Estado el derrocamiento de Zelaya, Honduras se enfrentaría a la cancelación de su ayuda a través de la Cuenta del Milenio, por la cual recibió 215 millones de dólares desde 2005. La crisis causó también la suspensión de la ronda de negociaciones entre Centroamérica y la Unión Europea.

España, a través de la ayuda al desarrollo, entregó a Honduras 250 millones de euros entre 2002 y 2007, además de otros 200 millones en condonación de deuda desde 2005.

Artículo solo para suscriptores

Accede sin límites al mejor periodismo

Tres meses 1 Al mes Sin permanencia Suscribirme ahora
Opción recomendada Un año al 50% Ahorra 60€ Descuento anual Suscribirme ahora

Ver comentarios