Tahrir, «zona cero» de la nueva república de Egipto
Cientos de miles de personas enarbolan banderas egipcias al viento en un cielo iluminado por los fuegos artificiales celebrando la salida del poder del presidente Mubarak
laura l. caro
«Tahrir» , Liberación. Esta plaza pasará a la historia como el epicentro de la revolución que derrocó a Mubarak . A estas horas cientos de miles de personas enarbolan banderas egipcias al viento en un cielo iluminado por los fuegos artificiales. Sin música ... de «Wind of change» -tan popular en las revoluciones de Europa del Este de 1989- pero con la euforia desbordada de unos manifestantes que no cejan en su empeño: «Fuera, fuera, fuera Mubarak», «Civil no militar» , son algunos de los gritos de guerra.
En la plaza se escuchan también llantos de felicidad, de alaridos de fiesta con los bocinazos de los coches de fondo. Como «zona cero» de la revolución, miles y miles de ciudadanos continúan llegando a los aledaños de la plaza para festejar la caída de un Mubarak que prepara una nueva alocución televisiva. Esta vez no se espera. Pero no sólo la plaza Tahrir ruge de alegría. Los puentes sobre el Nilo están cuajados de coches aparcados de cualquier manera. Sus dueños han frenado en seco para sumarse corriendo al hervidero de banderas en que se ha convertido el centro de El Cairo. No debe quedar nadie dentro de las casas: han echado a Mubarak y se han echado a las calles para celebrarlo. No es el momento de pensar que va a pasar con el país ahora bajo el poder militar, eso tocará mañana.
«Hoy comienza una nueva República. Soy feliz», asegura el joven Mustafa Aid, quien celebraba junto a decenas de miles de sus compatriotas la caída de Mubarak. A pesar de lo conseguido, Aid indicó que «la gente se quedará aquí por lo menos hoy y mañana para celebrar y para garantizar que el Ejército comienza una transición democrática».
La explosión de júbilo ha pillado a muchos militares en el mismo sitio donde estaban. Ahora sí, muchos soldados no han podido ni han querido contener la emoción, y en los alrededores de la plaza se han abrazado a los ciudadanos que les decían “mabruk, mabruk”. “Enhorabuena”, misión cumplida para Egipto. Han hecho su aparición los inevitables fuegos artificiales, pero no alcanzan a eclipsar el brillo cegador de los flashes de las cámaras de tantos miles y miles de egipcios como están inmortalizando esta noche para la Historia.
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