Erdogan y Putin estrechan lazos para desentrañar el atentado de Ankara

«Ahora es el momento de apoyar a los rusos. Muchos turcos también han muerto por culpa del terrorismo», comenta el joven Alper frente al consulado, situado en plena calle Istiklal, el corazón comercial de Estambul. Hace apenas unos días miles de personas habían acudido al mismo lugar con el ánimo mucho más alterado: protestaban por la campaña militar rusa en apoyo a las fuerzas del presidente sirio Bashar al Assad.

«La opinión pública turca es todavía muy susceptible a la dimensión humanitaria de la crisis en Alepo », asegura a ABC Emre Ersen, politólogo de la Universidad del Mármara y experto en relaciones turco-rusas.

A nivel institucional el asesinato de Karlov sí ha acercado a Ankara y Moscú. Las autoridades turcas han decidido rebautizar con el nombre del diplomático ruso la calle donde se encuentra la embajada rusa y el centro de arte donde fue asesinado. El Gobierno turco, además, ha aceptado realizar una investigación conjunta del atentado y un equipo de 18 investigadores rusos ya se encuentra en la capital turca. Un fiscal, dos agregados de Defensa, miembros de seguridad y expertos forenses ya han visitado el lugar donde se produjo el crimen. Por su parte, la policía turca ha detenido a 13 personas supuestamente relacionadas con el atacante . Entre ellas se encuentran sus padres y otras personas de su ámbito más cercano.

Mevlüt Mert Altintas , de 22 años, miembro de la policía antidisturbios, accedió al centro de exposiciones y se unió al equipo de seguridad del embajador sin pasar por el control de rayos X ya que mostró su placa policial, según han informado las autoridades locales. El joven se encontraba fuera de servicio el día del ataque.

Tanto Moscú como Ankara han coincidido en señalar que el objetivo del ataque ha sido minar la creciente cooperación bilateral una vez superada la crisis diplomática que supuso el derribo de un caza ruso por parte del Ejército turco, hace ahora un año. «El asesinato de Karlov busca prevenir tanto el proceso de normalización» dijo el portavoz del Kremlin.

Las redes sociales, como de costumbre, llevaron la histeria a otro nivel. Los mensajes comparando la muerte del embajador ruso con la del archiduque Francisco Fernando, que desencadenó la Primera Guerra Mundial, inundaron la red. Nada más lejos de la realidad. «Especialmente hemos coincidido en la lucha contra el terrorismo internacional, nuestra solidaridad será mucho más fuerte», destacó el presidente Recep Tayyip Erdogan tras la conversación telefónica con su homólogo ruso Vladimir Putin .

La retórica antioccidental, muy extendida entre la sociedad turca, especialmente tras el golpe de Estado, coincide plenamente con los discursos habituales del Kremlin. Ayer los periódicos más fieles a la línea del Gobierno turco acusaban a la CIA norteamericana y a una «alianza occidental» del atentado contra el diplomático ruso. La tensión llegó hasta la propia embajada de Estados Unidos . Allí un hombre fue detenido después de disparar al aire frente a la entrada. Los estadounidenses decidieron mantener cerradas durante la jornada de ayer todas sus misiones diplomáticas en el país.