El empobrecido norte de Francia votó a la extrema derecha

París se volcó masivamente con Macron , con un 89,6% de los votos, y registró la abstención más baja del país, en torno al 8%. El líder centrista superó el 80% en las principales ciudades: Burdeos, Lyon, Toulouse, Grenoble, Estrasburgo y, sobre todo, Rennes con el 88%. Asimismo, la región de Bretaña y el suroeste del país apoyaron al líder centrista.

El peor resultado de Macron en localidades de más de 100.000 habitantes fue en Toulon –a 60 kilómetros de Marsella–, donde «solo» tuvo el 56%. En hasta 27 departamentos, de los 101 que dividen el país, consiguió más del 70% de los sufragios.

Como con el Brexit y la victoria de Donald Trump, que alertaron de la rebelión de los perdedores de la globalización, el mapa electoral francés se volvió a fragmentar, pero no con la misma claridad que en la primera vuelta. En Francia, el candidato social reformista contuvo hasta cierto punto la rabia anti Unión Europea: nunca antes la extrema derecha pasó de la cifra de los 10 millones de votos .

Marine Le Pen ganó sus dos únicos departamentos en un norte empobrecido tras la desindustrialización y el fin de la minería. Encajonado por el gran resultado de ¡En Marcha!, el electorado del FN se extiende particularmente en Pas de Calais (52,05%), destacando localidades como Calais o Hénin-Beaumont.

El vecino Aisne fue el departamento que más apoyó a la formación ultraderechista con el 52,91%. Marine Le Pen solo superó el 50% en estas dos regiones. Y rozó esta cifra en las regiones de la costa mediterránea, a lo largo de los Alpes Marítimos y los Pirineos Orientales, sobre todo en el entorno de Perpiñán .

«A los de mi edad (sobre los cincuenta años) nos horroriza el Frente Nacional pese a su agenda más social y ambigua. Vivimos los años más duros de Jean-Marie Le Pen y la ultraderecha xenófoba. Sabemos lo que es. Lo que me preocupa es que los jóvenes de ahora no se acuerdan ni saben qué era el FN . El crecimiento del partido puede venir de esta generación», explica el comentarista de la cadena CNews Harold Hyman.

Pero el duelo político no se limita al enfrentamiento entre el centrismo y la extrema derecha. Dieciséis millones de electores no optaron ni por Macron ni por Le Pen, que ha conseguido los mejores resultados donde mayor ha sido la abstención propiciada en gran parte por la extrema izquierda de Jean-Luc Mélenchon, que no quiso pedir el voto para el candidato centrista .

Por primera vez desde 1969, la tasa de participación fue menor en la segunda vuelta que en la primera, con «solo» un 74% de los franceses con derecho a voto. Los jóvenes fueron los que más se abstuvieron tanto en la segunda vuelta como en la primera con un 34% entre los menores de 24 años y con hasta un 40% para personas de entre 25 y 34 años.

Por el contrario, entre los mayores de 60 años el voto fue masivo: ocho de cada diez franceses salieron de casa a votar, en su mayoría, contra la ultraderechista Marine Le Pen . «Le digo a los jóvenes que para qué manifestarse contra el Frente Nacional entre la primera y segunda vuelta. No sirve de nada. Tienen que empezar desde ya a movilizarse. Hace cuarenta años la situación actual era impensable», subraya Suzanne.

Macron ganó el 84% de los votos en el top 10 de las zonas con mayor nivel educativo del país. «Pas de Calais es la región con el peor nivel de idiomas extranjeros de Francia. El desfase en educación entre zonas del país es exagerado», señala a ABC, Jean-François Caron, alcalde ecologista de la localidad de Loos-en-Gohelle. En su pueblo ganó el Frente Nacional.