Los diputados del partido opositor a Manuel Zelaya respaldan su destitución

"Nos manifestamos a favor de la ratificación del decreto 141/2009 aprobado del 28 de junio", dijo en el pleno del Congreso Rodolfo Irías, jefe de bancada nacionalista, que tiene 55 escaños y cuyos votos eran necesarios para restituir a Zelaya.

El Congreso hondureño se ha reunido este martes para determinar si Manuel Zelaya regresa o no al poder, rodeado por un operativo policial que impide el paso a cien metros de la sede legislativa y con cientos de seguidores del presidente depuesto protestando en las inmediaciones.

Más de un mes después de la firma del acuerdo Tegucigalpa-San José como solución a la crisis, tras unas elecciones que la mayor parte de la comunidad internacional no reconoce e, incluso, con un retraso de tres horas sobre la hora prevista, el Congreso empezó hoy a hacer lo establecido en el pacto firmado el 30 de octubre.

"El Congreso Nacional está listo para dar cumplimiento al compromiso establecido en el punto número cinco del acuerdo Tegucigalpa-San José", dijo el presidente del Congreso, José Alfredo Saavedra, en alusión al acuerdo suscrito por los representantes del presidente depuesto y el gobernante de facto, Roberto Micheletti.

El jefe del Legislativo, que dio por iniciada la sesión con una oración que los diputados escucharon cogidos de las manos y un réquiem en honor al familiar fallecido de una diputada, expresó su confianza en que las decisiones de la Cámara "se ajusten a la voluntad y al deseo del pueblo hondureño".

El primer paso de la sesión fue la lectura de los informes pedidos al Ministerio Público, la Procuraduría, la Corte Suprema y al Comisionado de Derechos Humanos sobre la situación de Zelaya. Está previsto que las cinco bancadas que integran el Congreso, de 128 escaños, analicen por separado las opiniones, y a continuación sus jefes y la directiva del Legislativo definan el procedimiento parlamentario y la mayoría requerida para la decisión.

Mientras tanto, en la calle, un dispositivo policial aisla la sede parlamentaria con un cordón de efectivos antidisturbios que cierra las calles de acceso a cien metros de distancia del edificio. En el Parque Central y con el Congreso a la espalda de la primera línea de policías, cientos de seguidores se manifiestan para reclamar la restitución de Zelaya, sin que se hayan producido incidentes hasta el momento.

La vicecanciller de Zelaya, Beatriz Valle, consideraba "descabellado" pensar que "los mismos que dieron el golpe contra el presidente vayan a decir que cometieron un error". "Tenemos la obligación, como pueblo de Honduras, de exigir la restitución del presidente, aunque él haya dicho que no va a aceptar la restitución con condiciones. Si ellos tienen sucia la cara que se la laven ellos", indicó Valle en el lugar de la protesta.

Zelaya sostiene que el Acuerdo Tegucigalpa-San José fue roto por el Gobierno de facto de Micheletti por no determinar su restitución en el cargo antes del 5 de noviembre, fecha para la que estaba prevista el establecimiento de un gobierno de unidad que Micheletti decidió conformar unilateralmente. El presidente de facto regresó este miércoles a la Casa Presidencial, de donde se mantuvo "ausente" desde el pasado 25 de octubre, para afirmar que Zelaya "ya es historia" pero que aceptará la decisión que tome el Congreso.