Los demócratas fuerzan la dimisión de Anthony Weiner por su escándalo sexual

Weiner habría tomado la decisión, siempre según estas fuentes, después de una larga conversación con su esposa, Huma Abedin, que el martes volvió al domicilio conyugal en Washington después de un viaje a África acompañando a la secretaria de Estado, Hillary Clinton , para la que trabaja desde hace quince años. El congresista había insistido en reiteradas ocasiones en que no se planteaba dimitir sin hablarlo antes con su mujer, embarazada de muy pocos meses.

Huma Abedin volvió a casa el martes. El miércoles por la noche Weiner llamó por teléfono a sus superiores en el Congreso, incluyendo a la expresidenta de la Cámara, Nancy Pelosi . Esta encabezaba las peticiones de despojar a Weiner de todos sus cargos –paso que los demócratas pensaban dar este mismo jueves- y abrir una investigación sobre si a las conductas inapropiadas ya conocidas había que sumar posibles malos usos de recursos públicos o cualquier otra violación de las reglas. La dimisión cortará en seco esta investigación, ya que la cámara solo puede investigar a sus miembros.

La secuencia de hechos induce a pensar que Weiner no quería dimitir, contando como cuenta con el apoyo de muchos de sus electores, pero las presiones de su propio partido para que lo haga y deje de ser una «distracción» han resultado insostenibles. La escalada de estas presiones ha coincidido con la divulgación de detalles cada vez más truculentos y comprometedores de las indiscreciones de Weiner. Por ejemplo, que intercambió cientos de mensajes con una actriz porno retirada a la que hablaba hasta la saciedad de su «paquete» , y a la que además pidió que mintiera y ocultara los hechos cuando estalló el escándalo.