Bloqueados 30.000 sirios en la frontera turca tras la ofensiva de las fuerzas de Assad en Alepo

Al menos otras 10.000 personas tuvieron que ser trasladadas a la ciudad kurda de Afrin, agregó Tom. Imágenes de agencias como Shahba muestran el éxodo masivo de familias enteras que avanzan con lo puesto por la carretera que acaba en la barrera fronteriza que Turquía mantiene cerrada. Solo se permite el paso a quienes precisan atención médica. Un mar de refugiados dispuesto a sumarse a los 2,5 millones de sirios instalados en Turquía... o a dar un paso más e intentar llegar a Europa.

Estas cifras representan a habitantes de la periferia de Alepo, de las zonas rurales del norte que rodean a la ciudad y que son el centro hasta ahora de las operaciones del Ejército, pero en la zona opositora dentro de la propia urbe se estima que quedan otros 350.000 civiles. En la parte bajo control del régimen el número puede superar el millón , según los medios sirios. «La situación es cada vez peor, Alepo está semi sitiada y las carreteras cortadas. La gente tiene miedo y las tiendas vacías porque todos compran todo lo que pueden, no aguantará un cerco largo porque hay mucha densidad de población», relató a la agencia Reuters el activista Mujahid Abu Al Joud . Expertos en el conflicto como el analista Iyad El Baghdadi alertaron a través de las redes sociales de que «si Assad recupera Alepo todas las crisis anteriores de refugiados van a parecer meros incidentes en comparación con la oleada de refugiados que provocará».

Organizaciones caritativas turcas como IHH (siglas en turcos de Fundación de Ayuda Humanitaria) levantan campos temporales en el lado sirio de la frontera y distribuyen agua y comida entre los recién llegados. «La acumulación de gente aumenta desde el jueves y pensamos que el número seguirá creciendo», declararon sus responsables a través de su página web. El Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH) cifró en 200 el número de carpas levantas en las últimas horas para refugiar a estos civiles y realizó un llamamiento a la ONU para que presione al Gobierno turco para que abra la frontera y permita la entrada de estos sirios que «huyen del infierno de la muerte en sus aldeas». La captura de Alepo supondría toda una victoria moral para el régimen de Assad y sus aliados rusos, libaneses e iraníes, y hundiría a una oposición armada que había puesto sus ojos en esta ciudad como centro de poder alternativo a Damasco.

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