El autor del tiroteo de Bayona quería «vengar» la destrucción de la catedral de Notre Dame

Claude Sinké (84 años), el autor de los disparos, ante la mezquita de Bayona , hiriendo de cierta gravedad a dos hombres, musulmanes, de 78 y 74 años, es un francés nacido en Marruecos que militó durante muchos años en el Frente Nacional (FN, extrema derecha) y consiguió el 14,62 % de los votos en las elecciones departamentales del 2015 como candidato del partido de la familia Le Pen.

Marine Le Pen , presidenta de Agrupación Nacional (AN, extrema derecha), el nuevo nombre del FN fundado por su padre, se apresuró a denunciar «cualquier amalgama» pidiendo que la justicia sea «implacable» contra «ese tipo de actos, odiosos».

Marine Le Pen confirmó personalmente que Claude Sinké había sido expulsado de su partido, tras un rosario de declaraciones «contrarias al espíritu de nuestro movimiento».

Todos los especialistas coinciden ese punto: han comenzado a proliferar grupúsculos, minoritarios o ultra minoritarios, a la derecha de AN, el partido de Marine Le Pen. Los nuevos grupúsculos consideran que el antiguo FN se ha convertido en un «partido burgués, como los otros». Y lanzan llamamiento a «acciones más enérgicas».

Roland Lombardi, especialista en cuestiones de extrema derecha y terrorismo, comenta la emergencia de esos grupúsculos en estos términos: «De entrada, es justicia recordar que la gran amenaza terrorista que pesa sobre Francia es la amenaza terrorista islámica. El terrorismo yihadista se ha cobrado 250 muertos y millares de heridos, desde los atentados de 2015. Esa es la amenaza conocida y real. Dicho eso… sería ingenuo ignorar que la policía ha detectado la existencia de una veintena de grupúsculos de extrema derecha con tentaciones violentas, con más o menos un millar de militantes. Esa franja ultra es bien conocida y está vigilada por los servicios de seguridad. Se trata de personajes decepcionados de los partidos tradicionales, con tentaciones imprevisibles».

El tiroteo de Bayona parece haber puesto de manifiesto los riesgos potenciales de una «nube tóxica» emergente e incontrolable.