La Asamblea Nacional de Francia denuncia el crecimiento del odio y la violencia contra los políticos
Un manifiesto respaldado por los nueve grupos parlamentarios alerta del aumento de las agresiones verbales y físicas
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Iniciar sesiónLos presidentes de los nueve grupos parlamentarios de la Asamblea Nacional (AN, primera cámara del Parlamento francés), han publicado un manifiesto común denunciando el crecimiento alarmante de muchas manifestaciones de odio y agresiones violentas , no solo verbales.
Entre enero ... y noviembre del año pasado, 162 parlamentarios (diputados o senadores), 605 alcaldes y más de 700 miembros de asambleas regionales o departamentales, fueron víctimas de agresiones físicas y/o verbales en Francia : de pintadas con amenazas de muerte a puñetazos callejeros , la clase política francesa ha sido víctima de agresiones de todo tipo. Coches y garajes incendiados, domicilios apedreados, agresiones callejera.
Según Gérald Darmanin , ministro del Interior, más de 300 políticos franceses han presentado denuncias en toda Francia, esperando que Policía y Justicia consigan reducir el incremento agresivo de la violencia no siempre contenida.
Ante esa multiplicaciones de violencia y manifestaciones de odio, los presidentes de los nueve grupos parlamentarios publicaron el martes un manifiesto común, con esta advertencia de fondo: «No puede existir ningún debate democrático si estamos sometidos a la violencia y las amenazas físicas. El desacuerdo político no justifica la violencia. Para que todas nuestras sensibilidades puedas expresarse libremente, contamos con que se haga justicia, rápidamente, contra los autores de amenazas, presiones y violencias».
Richard Ferrand, presidente de la Asamblea Nacional, muy próximo al presidente Emmanuel Macron , apoyó el manifiesto parlamentario con esta declaración: «El odio y la violencia son una amenaza contra nuestra vida democrática. La Asamblea Nacional estará siempre junto a nuestros políticos y diputados amenazados».
Macron promete doblar el número de policías
Veinticuatro horas antes del manifiesto parlamentario, Macron había anunciado un aumento de 15.000 millones de euros en el presupuesto del ministerio del Interior , doblando el número de policías nacionales, si es reelegido presidente.
Avanzando las grandes líneas de su programa para las elecciones presidenciales del mes de abril, durante un viaje a Niza, en la Costa Azul, regiónultra sensible a los problemas de seguridad, el presidente de la República confirmó la prioridad excepcional de su política de seguridad interior: «Desde mi elección como presidente, hemos contratado 10.000 nuevos policías en cuatro años. Me propongo doblar el número de policías, en el terreno, los próximos años».
A juicio de Macron, el incremento presupuestario y la contratación de más policías y gendarmes corresponde a una urgencia nacional que tiene muchos frentes.
Tras el poder adquisitivo, la seguridad y la lucha contra el terrorismo son los temas que más preocupan a una gran mayoría de franceses que se sienten acosados e inquietos ante nuevas realidades: delincuencia elevada, violencia creciente contra alcaldes, diputados, senadores, políticos locales, regionales y departamentales; incremento llamativo de la venta de armas…
El discurso de Niza de Emmanuel Macron, el lunes, anunciando su proyecto de doblar el número de policías presentes en las calles de Francia, es una respuesta indirecta a las campañas de la derecha y las extremas derechas, denunciando el «clima de inseguridad» que vive Francia, a su modo de ver.
Valérie Pécresse , candidata de Los Republicanos (LR, derecha, el partido de Nicolas Sarkozy) a la presidencia de la República, ha declarado: «Ha llegado la hora de volver a sacar la fumigadora para limpiar algunos barrios inseguros». Pécresse hacía alusión a unas legendarias declaraciones de Sarkozy, el 2005, cuando estalló la gran crisis de los suburbios parisinos y franceses. Si fuese elegida presidenta, Pécresse ha prometido un gran referéndum nacional para tratar temas como la inmigración y la inseguridad.
A la extrema derecha, Marine Le Pen y Éric Zemmour insisten a diario en la «necesidad urgente» de «restaurar el orden» en zonas «fuera de la ley».
Incluso las izquierdas, hundidas en una histórica crisis, han retomado el tema de la seguridad/inseguridad. A la extrema izquierda, Jean-Luc Mélenchon , plantea el problema de fondo en estos términos: «La tensión es extrema en muchos lugares. Hay que bajar esa tensión, cambiando de métodos de trabajo y gestión de esas crisis».
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