INFORME ANUAL 2011
Amnistía Internacional teme por el futuro de unas revueltas árabes sin apoyo externo
La represión de los Gobiernos puede acabar con «una oportunidad sin precedentes para mejorar el respeto a los Derechos Humanos», según apunta AI en su informe anual
Amnistía Internacional teme por el futuro de unas revueltas árabes sin apoyo externo
Amnistía Internacional (AI) cree que la oleada de revueltas árabes ofrece una oportunidad sin precedentes para mejorar el respeto a los Derechos Humanos, pero advierte de que la situación es delicada por la postura represiva de muchos Gobiernos. Así lo manifiesta AI en ... su informe global de 2011 sobre los Derechos Humanos .
"La gente está rechazando el pánico. Gente valiente, encabezada sobre todo por la juventud, está aguantando y protestando pese a las balas, las agresiones, los gases lacrimógenos y los tanques", ha declarado el secretario general de la organización, Salil Shetty. A su entender, desde el colapso de la Unión Soviética no se veían "tantos Gobiernos represivos enfrentar tales desafíos a su dominio de poder". Lamenta no obstante que "las fuerzas de la represión" están experimentando una "grave remontada".
La victoria de los manifestantes dependerá no solo de la actitud de dichos Gobiernos, sino también de la postura que mantenga la comunidad internacional. Shetty cree que Libia y Siria están en una situación "pendiente de un hilo" . Por otro lado, el dirigente de AI critica a los países desarrollados que no respetan los derechos de los refugiados y los solicitantes de asilo, una situación que sufren estos días "miles de refugiados saliendo del Norte de África y Oriente Próximo que no están disfrutando de sus derechos en Europa".
El poder de internet
Critica además que mediante ciertos mecanismos, regímenes como los de Azerbaiyán, China e Irán tratan ahora de evitar que se sucedan en sus territorios revoluciones a imagen y semejanza de las árabes. AI relaciona las revoluciones con la publicación de documentos diplomáticos obtenidos por Wikileaks. Concretamente, sugiere que el apoyo exterior a los manifestantes tunecinos pudo aumentar después de conocer los documentos que revelaban cómo otros países conocían la gravedad de la crisis, pero apenas trabajaban a favor del cambio en el país.
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