La Administración Trump da marcha atrás en las limitaciones a estudiantes extranjeros

Las autoridades pretendían con la nueva directiva forzar una vuelta a las clases como parte de la reactivación frente a la pandemia de Covid-19 que desea Trump a pocos meses de su reelección. La directiva había puesto entre la espada y la pared a muchas universidades, forzadas a elegir entre perder alumnos internacionales o programar clases presenciales en pleno repunte de infecciones.

El cambio de opinión del Gobierno se produce después de que dos de las principales universidades del país, Harvard y Massachusetts Institute of Technology, impusieran una demanda para evitar la obligación de que los alumnos internacionales acudan a clases presenciales (Harvard, por ejemplo, ha decidido que todos sus cursos sean «online » este otoño, como medida de prevención ante el avance de la pandemia).

Además de estas y otras universidades, los fiscales generales de 18 estados interpusieron demandas para que se diera la vuelta a la situación.

La directiva aprobada en julio hubiera obligado a los estudiantes internacionales a cambiarse de universidad o abandonar el país si su programa académica no contenía clases presenciales. Para algunos estudiantes, la situación se había convertido en un callejón sin salida ya que tampoco encontraban la manera de regresas a sus países de origen ante las restricciones de viaje por el Covid-19.

También había dejado en el limbo a muchos estudiantes que regresaron a sus países en primavera tras la irrupción de la pandemia y no sabían si sus centros universitarios tendrían clases presenciales o no.