Referéndum en Grecia: Los jóvenes dijeron «no»; los jubilados votaron «sí»

Los colegios electorales situados en las zonas menos favorecidas de las grandes ciudades han alcanzado y muchas veces superado el 70% de apoyo al «no» a las propuestas y recortes pedidos por la troika. Son zonas donde hay un alto paro y pocas esperanzas, donde los cinco años de austeridad y recesión han dejado una dolorosa huella. Entre las áreas con mas voto en contra de la austeridad, están las afueras del Pireo, donde se encontraban los astilleros navales ahora cerrados, la zona que sufre el paro mas alto del país. Asprópirgo con el 79,20%, Pérama con un 76,64%, Keratsíni-Drapetsona con el 72,84%, o Eleusina con 71,88% son ejemplos de que la depauperación ha alimentado el rechazo a Bruselas . Aquí hay muchas familias en las que nadie tiene trabajo, y en las que a menudo todos los integrantes viven de la pequeñísima pensión de los abuelos o de algún subsidio. Es la Grecia en la que se agolpan los menesterosos a las puertas de los comedores sociales de ayuntamientos e iglesias ortodoxas. Algo mejor están en Egáleo y Perister, en la periferia ateniense, pero también allí el «no» barrió con un 70 por ciento. En estos distritos reside gente humilde, con pocas posibilidades de encontrar trabajo ahora mismo y cuyos hijos tampoco tienen suficientes estudios e idiomas como para irse al extranjero a buscar trabajo.

En cambio las zonas donde la mayoría de los electores votaron «sí» son zonas residenciales donde viven las familias mas ricas de Atenas y sus alrededores. En Ekáli, el barrio de las grandes fortunas, un 84,62% eligió la papeleta del sí. En Dióniso lo hizo un 69,78%, en Kifisiá un 64,59% y en Drosiá, otra zona acomodada, un 65,42%. El sí también se impuso por amplísimo margen en las exclusivas zonas del litoral, en las que veranean muchos atenienses y tienen su residencia muchos armadores, como Vuliagmeni (66,27%) y Vula (63,88%).

El análisis de las categorías profesionales también ilustra las divisiones sociales que se perfilan en el país. Así, quienes más se inclinaron por el «sí» fueron los trabajadores autónomos (55%), que tienen mucho que perder; los agricultores, (41%), siempre más conservadores y quienes más se benefician de las generosas subvenciones europeas; y los jubilados (60%), más temerosos de perder toda su pensión que de verla recortada. A estos colectivos les siguen las amas de casa (46%), una pequeña parte de los desempleados (32%) que esperan expectantes nuevas inversiones y una minoría de estudiantes (25%) que quieren seguir acudiendo a clase… y no arriesgarse a una salida del euro que ponga en peligro sus becas Erasmus o sus estudios en otros países europeos.

Quienes más se inclinaron por el «no» fueron, como se esperaba, los más jóvenes. En este sector de la población es en el que tiene el Gobierno de Alexis Tsipras una de sus más fieles bases de apoyo.

En total, votaron 6.161.140 personas, lo que supone un 62,50 por ciento de los electores. A favor del «no» lo hizo el 61,31 por ciento, mientras que un 38,69% lo hizo a favor del «sí». Los votos nulos o en blanco fueron un 5,80 por ciento del total.