La crisis de Grecia reabre la división sobre la ortodoxia fiscal en el socialismo francés

Numerosos diputados de izquierda socialista se han sumado a las «peticiones» de la izquierda radical, hostil al Pacto fiscal europeo, haciendo campaña por un apoyo a Tsipras muy alejado de la ambigua diplomacia oficial del presidente Hollande. Esos apoyos directos e indirectos chocan de manera frontal con la diplomacia gubernamental y reabren una vieja controversia que tiene raíces muy profundas entre los socialistas franceses, desde hace más de una década.

El PS francés se dividió de manera radical el mes de mayo de 2005, cuando una parte del PS pidió el «no» contra el Tratado constitucional europeo, que Francia rechazó con el referéndum del 29 de mayo de aquel año, abriendo, entonces, una histórica crisis de toda la UE . Hace diez años, Hollande pidió el «sí» al Tratado constitucional europeo, mientras que su actual ministro de asuntos exteriores, Laurent Fabius, pidió el «no», finalmente victorioso.

Aquella disputa en el seno del socialismo francés nunca se cerró definitivamente. Durante la primavera del 2012, el candidato François Hollande hizo campaña contra el Pacto fiscal europeo, diciendo que Francia «nunca ratificaría» ese Tratado europeo, si él era elegido presidente. Hollande fue elegido presidente y la nueva mayoría parlamentaria socialista aprobó el Pacto fiscal pocos meses más tarde.

Tres años después, las familias socialistas francesas están enfrentadas a primera sangre ideológica entre varias capillas antagónicas. Hollande y su primer ministro, Manuel Valls (antiguo partidario del «no» al Tratado constitucional europeo), hicieron aprobar el Pacto fiscal e intentan o fingen intentar un «entendimiento» a geometría variable con la Alemania de Angela Merkel y el SPD. Buena parte de la dirección del PS y el grupo parlamentario socialista hacen campaña a favor del gobierno griego de Syriza.