Sarkozy refunda su partido con otro nombre para «unificar» la derecha francesa

Entre 2002 y 2004, el partido estuvo presidido por Alain Juppé, ex primer ministro de Jacques Chirac. Sarkozy presidió la UMP entre 2004 y 2007, el año de su elección como presidente de la República. Desde entonces, la UMP «navega» en busca de una identidad que Sarkozy espera devolverle.

Mientras Sarkozy ejerció como jefe del Estado, la UMP tuvo un presidente de segundo rango, Jean-François Copé, que enredó al partido conservador en una nube de escándalos. Consciente que esa herencia es nociva y peligrosa, Sarkozy ha decidido convocar el congreso de la «refundación» y el cambio de nombre.

La UMP actual debiera desaparecer a finales de mayo. Sus militantes y cuadros son invitados a unirse en la fundación de un nuevo partido conservador, que debiera llamarse Los Republicanos.

Tras la convocatoria de las elecciones primarias que deberán elegir el candidato conservador a la próxima elección presidencial (2017), Sarkozy desea construir un nuevo partido, una nueva maquinaria de guerra política que permita «unir y modernizar» la derecha francesa, convertida en primer partido de Francia tras las elecciones municipales de 2014 y las recientes elecciones departamentales.

Sarkozy y su guardia pretoriana esperan que el nuevo partido conservador, Los Republicanos, gane las elecciones regionales del otoño que viene, confirmándose como la fuerza central del nuevo paisaje político francés.

La «voladura» de la UMP y la fundación de Los Republicanos forma parte de un mismo proceso, que un próximo de Sarkozy que prefiere guardar el anonimato resume de este modo: «Nicolas debe modernizar la organización de la derecha, crear un nuevo partido, con una nueva organización y un funcionamiento más moderno. Teniendo en cuenta que, en Francia, todo el sistema político reposa en la elección presidencial, la “madre” de todas las elecciones, la mejor manera de presentarse como el mejor candidato conservador es integrar a todas las familias de la derecha, colaborar con todos los aspirantes a la candidatura presidencial. Y presentar a los militantes un proyecto político atractivo, moderno y movilizador».