Un avión francés se estrelló en la misma zona de los Alpes en 1953

El 1 de septiembre de 1953, un «Lockheed Constellation» de Air France que cubría la ruta París-Saigón (Vietnam) chocó sobre las 23:30 horas con la cumbre del Monte Cimet a 3.020 metros de altitud en las montañas del Pelat, a escasos kilómetros de la zona donde se precipitó esta mañana la aeronave de Germanwings .

El siniestro se produjo solo unos minutos más tarde de que el aparato realizase un respostaje en la localidad de Niza. Un total de treinta y tres pasajeros y nueve miembros de la tripulación murieron, incluyendo el compositor René Herbinel y famoso violinista Jacques Thibaud. Con motivo del primer aniversario de la catástrofe, una cruz conmemorativa se instaló en la «zona cero», y un monolito a la entrada de la aldea de San Lorenzo, en la comunidad de Uvernet-Fours.

Más de 60 años después, la tragedia vuelve a repetirse. La orografía del emplazamiento sigue siendo el principial obstáculo para acometer las tareas de rescate. Los helicópteros han localizado restos de fuselaje y «algunos cuerpos» en la zona en la que se estrelló el avión, informó el secretario de Estado francés de Transportes, Alain Vidalies, a la emisora «Europe 1». Los equipos se han activado ya para dirigirse hacia la zona, «inaccesible por carretera».

El alcalde de Barcelonette, localidad cercana a la zona del siniestro, relató que el área del accidente es de «difícil acceso». «El lugar se encuentra a 15 minutos de nuestro pueblo, creo que vive muy poca gente en los alrededores», aseguró por su parte el regidor Pierre Martin-Charpenel a la cadena francesa «BFM TV».

En declaraciones a este mismo canal, un guía de montaña de la región, Yvan Theaudin, consideró que es «extremadamente complicado» llegar a la zona del accidente, sobre todo en invierno, lo que, a su juicio, puede dificultar mucho las labores de rescate.

«Conozco bien el lugar, se trata de una zona escarpada y despoblada, cubierta por la nieve y cercana a varias pistas de esquí», a la que «sólo se puede acceder a pie», ha dicho.

Este guía de montaña, cuyo equipo vio el avión segundos antes de estrellarse, describe la zona del siniestro como un destino habitual de senderistas y alerta de que el «fuerte viento» que se ha desatado está obligando a los helicópteros a volar «muy alto»