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La destrucción del patrimonio como arma contra la identidad del enemigo

Las guerras sirven de escudo para el saqueo, apropiación y venta a comisión de las obras de arte

La destrucción del patrimonio como arma contra la identidad del enemigo afp

Manuel Lucena Giraldo

En julio de 1927 Stepan Mikhailovich Mussuri, que poseía doble ciudadanía griega y alemana, recibió permiso de las autoridades soviéticas «para comprar y vender a comisión muebles antiguos, artefactos religiosos, objetos de bronce, porcelana, cristal o plata, brocados, tapicerías, pinturas, manuscritos originales, piedras preciosas y ... artesanías, sin valor para ser exhibidas en museos». El entonces joven comisario para comercio extranjero Anastas Mikoyan, que jugaría un papel decisivo en la crisis cubana de los misiles, despachó a Viena para la venta convoyes de bienes decomisados por el ejército rojo en mansiones, dachas e iglesias.

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