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«Corea del Norte retiene a mi padre para que no denuncie sus atrocidades»

Entrevista al único norcoreano nacido en un campo de trabajos forzados que ha logrado huir, todo un testigo de cargo contra el régimen de Kim Jong-un

«Corea del Norte retiene a mi padre para que no denuncie sus atrocidades» pablo m- díez

pablo m. díez

Incluso el infierno tiene niveles. En Corea del Norte, un país que es una cárcel para la mayoría de sus 23 millones de habitantes, a Shin Dong-hyuk le tocó sufrir el peor de ellos. Nacido en un campo de prisioneros políticos en 1982, solo conoció hambre, trabajos forzados, palizas, violaciones, torturas y ejecuciones durante los 23 años que estuvo allí encerrado, hasta que logró escapar el 2 de enero de 2005. Al menos que se sepa, es la única persona que ha venido al mundo en el gulag norcoreano y ha podido huir para contar sus horrores. Su espantosa vida la narra el libro «Evasión del Campo 14» (Ed. Kairas), que escribió el antiguo corresponsal del «Washington Post» en Corea del Sur, Blaine Harden.

Tanto este relato como sus declaraciones ante el Consejo de Derechos Humanos de la ONU han convertido a Shin Dong-hyuk, en testigo de cargo contra el régimen estalinista de Pyongyang. Gracias a su testimonio y al de otros refugiados, Naciones Unidas quiere procesar al joven dictador Kim Jong-un ante el Tribunal Penal Internacional .

Para desacreditar sus revelaciones, la propaganda norcoreana ha difundido en internet un vídeo donde aparece el padre de Shin Dong-hyuk negando que este naciera en un campo de trabajos forzados. Una maniobra que ha «destrozado emocionalmente» al joven tras descubrir, casi diez años después de su marcha, que su progenitor sigue vivo. Muy afectado, Shin Dong-hyuk contempla el vídeo junto a ABC.

-¿Cómo se siente?

-El Gobierno de Corea del Norte ha difundido en Youtube una entrevista a mi padre diciendo que yo no nací en el Campo 14. Ver a mi padre por primera vez en casi diez años me ha causado mucha pena y me ha roto por dentro. Tras huir de allí, pensé que había muerto. Pero ahora que sé que está vivo, no sé si sentirme contento o no.

-¿Por qué cree que el régimen norcoreano ha sacado este vídeo ahora?

-El Gobierno de Corea del Norte le está diciendo a su gente que todo lo que yo denuncio es mentira y que el Campo 14 no existe. Ahora que la ONU está intentando procesar al régimen en el Tribunal Penal Internacional, la propaganda ha grabado este vídeo con mi padre, a quien han secuestrado para montar una farsa.

-¿Y cómo cree que se encuentra él?

-Incluso aunque mi padre haya sido sacado del campo de trabajo, estoy seguro de que el régimen le está haciendo daño. Corea del Norte amenaza a su propia gente y los asusta, pero esto es inaceptable en la comunidad internacional. Están utilizando a mi padre para atormentarme. Ya no sé que sentir ni qué hacer. Hay otro vídeo donde aparece gente que no conozco diciendo que violé a una niña de 13 años. Al final de ese vídeo, mi padre aparece pidiéndome que vuelva a Corea del Norte. El régimen está utilizándolo como rehén para que regrese y deje de denunciar sus atrocidades.

-¿Qué tiene previsto hacer?

-Cuando hui hace casi diez años, lo hice por el hambre y no me importaba que mi familia sufriera las consecuencias. Pero ahora que estoy aquí y he aprendido mucho, también sobre mis emociones y el amor por la familia, me siento culpable por lo que le hice a mi madre y a mi hermano mayor (a quienes delató porque iban a fugarse y fueron ejecutados delante de él). Ellos eran la familia que necesito ahora. En estos momentos, lo que más temo es que le hagan daño a mi padre, que ha sufrido toda su vida en el campo de trabajo. Comparado con el régimen, yo no tengo ningún poder, pero deseo hacer algo por él antes de que muera porque sé que no le queda mucho tiempo de vida. Estoy dispuesto a sacrificarme y volver si el Gobierno de Corea del Norte me asegura que no va a hacer sufrir más a mi padre.

-Después de todo lo que ha pasado, ¿cree que puede confiar en el régimen?

-No, porque el régimen de Corea del Norte es malvado, brutal y siempre ha engañado a su pueblo. Pero si lo único que puedo hacer por mi padre es volver, estoy pensando en ello. Le echo de menos y no tuve la oportunidad de decirle que le quería. Por primera y última vez, quiero decirle a mi padre que le quiero.

-¿No teme que vuelvan a encerrarlo en un campo de trabajo o que le obliguen a grabar un vídeo como el de su padre, diciendo que todas las atrocidades que ha denunciado son mentira?

-No tengo miedo de que me quiten la vida, sino de que usen a mi padre para presionarme. Ya he sufrido bastante en el campo. Todavía tengo las cicatrices de las argollas en los tobillos y las quemaduras en las piernas de cuando atravesé la valla electrificada. Ya sé lo que es la tortura y moriría antes que sufrir más. Además, he aprendido el valor de la libertad y no quiero cooperar con el régimen de Corea del Norte. Pero volvería allí si eso hiciera feliz a mi padre. Saber que mi padre está vivo y puede seguir siendo torturado si no regreso me está matando.

-¿Cómo ha sido su adaptación a la libertad?

-Aún no me he adaptado del todo. Cuando vine a Corea del Sur, tenía pesadillas constantemente y me despertaba gritando por la noche. Soñaba con mi madre, lo que me causaba mucho dolor, y con los guardias del campo persiguiéndome. No confiaba en nadie ni quería ver a nadie. Me diagnosticaron depresión postraumática y estuve medicándome y tomando pastillas para dormir. Por las pesadillas y la fatiga, incluso pensé en el suicidio, algo que jamás había hecho en el campo.

-Dice que nunca pensó en el suicidio en el campo. ¿Cuál es el sentimiento más fuerte allí?

-El hambre. Así controlan a los prisioneros. El miedo a no comer es mayor que a las torturas.

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