El Estado Islámico se hizo con parte de las armas que EE.UU. lanzó a los kurdos en Kobani

«Estamos seguros de que, cuando hacemos entregas aéreas como la de Kobani, somos capaces de llegar a la gente que queremos llegar», había dicho el consejero de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Ben Rhodes, cuando se anunció el lanzamiento de los suministros, formados por cajas que contenían armas, municiones y material sanitario.

Sin embargo, el Observatorio Sirio de Derechos Humanos advirtió pronto de que la entrega no había sido tan precisa. Indicó que dos de los paracaídas habían caído en zonas bajo control del EI . Según esa organización, los yihadistas se hicieron con uno de los fardos, pero probablemente no pudieron llegar al otro porque aviones estadounidenses lanzaron ataques para destruirlo antes de que los combatientes del califato lo pudieron alcanzar.

El propio Pentágono reconoció luego la situación. «En Siria, seis bombardeos cerca de Kobani han destruido un fardo de suministros kurdos perdidos lanzados por Estados Unidos para evitar que caigan en manos enemigas», informó el Comando Central estadounidense. «Estamos muy seguros», diría después el portavoz del Pentágono, el contraalmirante John Kirby , «de que la mayoría de los suministros fueron a parar a las manos correctas excepto uno».

Los yihadistas filmaron la apertura del botín –una quincena de cajas conteniendo armas y municiones– y pusieron el vídeo en internet.