EE.UU. confirma la muerte del líder de Al Shabab

El caudillo falleció en un ataque lanzado a comienzos de semana por fuerzas armadas estadounidenses en las cercanías de la base del grupo en Barawe, a unos 200 kilómetros de la capital, Mogadiscio. Entonces, el gobernador de la región de Lower Shabelle, Abdikadir Mohamed Nur Sidii, confirmó que un «drone» (avión no tripulado) golpeó un campamento terrorista entre las ciudades de Dhaab Tubaako y Haaway.

La muerte Godane supone un revés casi definitivo para Al Shabab, en una organización tejida a imagen y semejanza de uno de los huesos duros del islamismo radical. Ahora, tras el vacío de liderazgo abierto en la milicia, la hipótesis más loable es que el mando sea asumido por una corriente «de continuidad» en manos de Ahmed Dheere, primo por parte materna de Godane. Sobre todo, ante el creciente distanciamiento con el número dos de la organización, Mukhtar Robow, conocido como «Abu Mansur». No obstante, la mayoría de analistas coinciden en la lucha de poder que se abre ahora entre las dos facciones.

Nacido en la región semiautónoma de Somaliland en 1977, Godane -quien a mediados de los 90 viajaría a Pakistán para realizar estudios superiores de Economía y Finanzas- siempre concibió la retórica y el lenguaje como una forma de ganarse los corazones de sus fieles. Un paralelismo evidente con el famoso líder anticolonialista Mohamed Abduallah Hassan, «el mullah loco» .

Aunque al líder radical siempre le gustó tirar más de espada. Desde que en 2008 asumiera el liderazgo de Al Shabab tras la muerte por un «drone» de su camarada Aden Hashi Farah, todos los elementos moderados del grupo han sido eliminados o expulsados. Más aún, después de auto-proclamarse ayatolá o líder supremo en la «guerra santa» de Somalia.

Un golpe en la mesa afianzado en 2012, cuando anunciaba la adhesión pública de Al Shabab a la red terrorista de Al Qaida: En un vídeo de 15 minutos, Godane juraba entonces lealtad «con el libro de Dios y la 'sharía' de su profeta, y obediencia en la orientación y en la obligación».

Precisamente, en julio de 2013, Godane había ordenado la ejecución de Ibrahim Haji Jama Mead, conocido como «Al Afghani», y Abul Hamid Hashi Olhayi, ambos cofundadores de la milicia, y quien habrían sido sus hipotéticos sucesores. Entonces, su ajusticiamiento demostraba el giro autoritario de Godane, a quien sus detractores acusan de haber monopolizado la «yihad» en función de sus intereses, así como de intentar internacionalizar el conflicto de Somalia matando a inocentes.

En este sentido, la muerte de Godane se produce a pocos días de que se cumpla el primer aniversario del asedio al centro comercial Westgate de la capital de Kenia, Nairobi, por presuntos simpatizantes de la milicia somalí. En este ataque terrorista, que situó de forma definitiva a Al Shabab en el panorama internacional, fallecieron al menos 72 personas, entre ellas cinco terroristas.