Erdogan busca un primer ministro dócil para Turquía

Pero si Erdogan comienza una nueva carrera política como presidente, apenas unas horas después su partido comenzó a trabajar para dar respuesta a la gran pregunta que se hace ahora el país: ¿quién le sustituirá como primer ministro? Un primer ministro que, por fuerza, debe ser un personaje dócil para Erdogan, líder indiscutible del país, a quien nadie imagina como mero acompañante de honor del futuro «premier».

Aunque los tecnócratas del AKP empezaron ayer a barajar candidatos, el portavoz, Hüseyin Çelik, anunció que el congreso extraordinario en el que se aunciará el nombre del sustituto no tendrá lugar hasta el próximo 27 de agosto.

Al acceder al cargo presidencial, el nominado, por ley, debe renunciar a la militancia en cualquier partido. Por ello, Erdogan, hasta ahora cabeza del AKP, deberá cortar todo lazo oficial con la formación, por lo que ésta necesita un nuevo secretario general, además de un nuevo primer ministro para el país.

El actual presidente, Abdula Gul, el único político tan popular o más que Erdogan, parece descartado, puesto que en la fecha indicada para su anuncio aún seguirá en el cargo. Por lo tanto, no podrá optar a ningún puesto político hasta las elecciones parlamentarias de 2015, en las que es muy probable que obtenga un escaño si, como parece, regresa a las filas del AKP. Al margen de cuestiones formales, Gul tampoco es el político dócil que espera Erdogan, aunque sí es un hombre de estado de peso.

«Soy el presidente de facto hasta el final de este mes. Que no haya duda de que regresaré a mi partido cuando mi presidencia termine», indicó Gul, quien declaró que su identidad política «es bien conocida». «Seguiré sirviendo a mi nación y a mi estado, si bien la gente que ha servido como presidente puede seguir haciéndolo por caminos diferentes», indicó.

El nombre que suena como más probable es el del actual ministro de Exteriores, Ahmet Davutoglu, hombre muy cercano a Erdogan que ha anunciado repetidas veces su intención de ejercer el poder desde la presidencia. El perfil de Davutoglu -inteligente, conocido, relativamente popular y sobre todo muy leal- encajaría en el esquema que propugna Erdogan.