Los mil desmadres del tráfico en Dubái
Antinieblas en noches claras, carreras en las autopistas, temeraria ocupación de arcenes y reuniones alrededor del fuego en las cunetas marcan el día a día en las carreteras de Emiratos Árabes
rafael p. unquiles
Es una noche clara del sagrado mes de Ramadán en la Corniche de Ras Al Khaimah, en el norte de Emiratos Árabes Unidos, lo que no impide que todos los coches que circulan por la concurrida avenida lleven encendidos los antinieblas. Lo raro aquí ... es encontrar algún vehículo con la iluminación correcta. Hasta el punto de que hay automovilistas -muchos- que cuando se ponen al volante exclusivamente utilizan las luces para situaciones de escasa visibilidad.
Y no es que no haya jornadas con niebla. Las hay. Y también con tormentas de arena que no permiten ver más allá de tres metros. Sin embargo, en esas circunstancias optan por emplear los cuatro intermitentes de emergencia. En ningún caso los antiniebla, que prefieren dejarlos para el día a día. Las otras luces, las normales, la corta, la larga, la de cruce, las reservan para las grandes ocasiones o directamente las apagan.
A su favor tienen que las autopistas en Emiratos, que en muchos tramos llegan a alcanzar siete carriles en cada sentido, se encuentran generosamente iluminadas en todo su recorrido. Por lo que tampoco es extraño ver numerosos coches «tuertos» o sin luces. Es un aspecto al que nadie presta atención. Ni los conductores ni la Policía, casi siempre atareada en alguno de los habituales accidentes que se producen en las carreteras de una tierra donde los turismos son el principal signo de distinción social.
Coches a todo gas
El perfil del vehículo usado es todoterreno de alta gama de marcas como Lexus, Infiniti, Toyota o Chevrolet, que recorren calles y vías por miles y a velocidades de vértigo. En las autopistas se adelanta por cualquier carril, lo mismo por la derecha que por la izquierda. Nunca sabes por dónde te va a entrar el «fitipaldi» de turno y a menudo quedas atrapado en locas carreras. Y si vas por el carril por el que circula alguno de ellos, te acosan con la larga, que es para lo único que la utilizan, y debes apartarte como un rayo si quieres evitar verte envuelto en algún incidente.
El desmadre alcanza cotas inimaginables en los constantes atascos que se producen en los alrededores de Dubái. Ahí dejan de tener vigencia las escasas normas que se respetan. Para captar una imagen exacta de la situación hay que pensar en autopistas que acumulan más de diez carriles colapsados durante decenas de kilómetros por miles de vehículos. Y todos intentan escapar. Zigzaguean, ocupan los arcenes y no dejan pasar ni a la Policía ni a ambulancias.
Las autoridades se han visto tan desbordadas por el problema que hace unos días anunciaron penas de cárcel para los conductores que realicen adelantamientos por el arcén y bloqueen el tránsito de vehículos de emergencia. Una determinación que han adoptado ante la evidencia de los hechos y también porque las cámaras que vigilan el tráfico han registrado un récord de delitos. Además de ocupar los laterales de las carreteras, no respetan los semáforos, llevan a cabo cambios de carril de manera temeraria, superan por norma la velocidad permitida -establecida entre 120 y 140 kilómetros por hora-, realizan giros inadecuados o circulan marcha atrás por la autopista. Por no seguir.
Un desierto sin ley
Pero como no entienden que se les puedan poner límites ni a ellos ni a sus vehículos, la manera que han encontrado de burlar la ley es abandonar las autopistas y avanzar desiertoa través por los laterales. Ahí están en su medio: sin señales de tráfico, a toda velocidad y con los antinieblas puestos. Y si se tercia, se paran en la cuneta y montan un pic-nic nocturno alrededor de una candela. El no va más.
Los mil desmadres del tráfico en Dubái
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónEsta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete