El divorcio entre Jean-Marie Le Pen y su hija dificulta al FN la formación de grupo parlamentario

El triunfo espectacular de los partidos euroescépticos, ultranacionalistas y de extrema derecha, en las recientes elecciones europeas, iluminó pronto la diversidad incompatible entre varias de esas formaciones.

Marine Le Pen chocó personalmente muy pronto con el británico Nigel Farage, líder de un modelo euroescéptico que los británicos consideran incompatible con la extrema derecha francesa.

Imposible la entende extremista franco - británica, Marine Le Pen buscó nuevos alidos europeos. Cuando había encontrado el cupo mínimo e imprescindible para formar su propio grupo parlamentario europeo estalló la crisis política familiar precipitada por una nueva «broma» racista y xenófoba de Jean-Marie Le Pen , aludiendo a una futura «hornada» de artistas judíos, alusión apenas velada a los hornos crematorios donde los nazis exterminaron a millones de judíos.

Marine Le Pen respondió a su padre, denunciando una falta política grave. El padre respondió a la hija diciéndose víctima de una «puñalada por la espalda». La hija replicó prohibiendo que la web del FN «albergase» un vídeo blog del padre.

Ese «ping pong» envenenado, verbalmente, entre el padre y la hija se ha transformado en un divorcio político de fondo, que también tiene una dimensión europea.

Las «ocurrencias» y «chistes» xenófobos de Jean-Marie Le Pen podrían ser denunciadas jurídicamente ante el PE. Y el patriarca de la extrema derecha pudiera tomar repesalias políticas contra su hija. Esa pelea y divorcio político entre el padre y la hija podría complicar los frágiles compromisos de Marine Le Pen en el PE.