Santos y Zuluaga preparan la batalla de la segunda ronda electoral en Colombia

Los colombianos llevan cuatro meses oyendo diatribas y ataques, y la desmotivación es grande con tanto escándalo de por medio. A Santos, Zuluaga, el candidato que representa al Centro Democrático liderado por el expresidente Álvaro Uribe (2002-2010), lo acusa de haber financiado su campaña anterior con dos millones de dólares que le entregaron unos narcos. A Zuluaga, mientras tanto, lo acusan de boicotear con espías el proceso que desde hace más de un año se está negociando en Cuba con las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FARC). Santos convirtió la paz con las guerrillas en su caballo de batalla. Zuluaga ya ha dicho que romperá las negociaciones con las FARC. La polarización es total. Estas elecciones se convirtieron en una especie de plebiscito por la paz.

Pese a la importancia de elegir un presidente que deberá garantizar la estabilidad económica por la que pasa Colombia —5% de crecimiento anual— los colombianos no pudieron conocer las propuestas. Solo hubo dos debates televisados en los que cada uno de los cinco candidatos que se presentaron tuvo un minuto para disertar sobre cuestiones tan amplias como la educación o el empleo. Los debates fueron acartonados y sosos.

Después de esta primera ronda, la clave serán las alianzas que ambos candidatos hagan con los demás partidos. Según el politólogo Fernando Giraldo, si Santos ganase a Zuluaga por una diferencia significativa de al menos ocho puntos, tiene parte de la victoria ganada pues es posible que logre alianzas con la mayoría de los otros partidos. Si, por el contrario, se mantiene en empate técnico, puede convertirse en la peor vendetta personal que han visto los colombianos.

El candidato uribista Óscar Iván Zuluaga se convirtió ayer en el ganador de la primera vuelta de las elecciones presidenciales de Colombia aunque no obtuvo la mayoría absoluta por lo que deberá enfrentarse en una segunda ocasión con el jefe del Estado Juan Manuel Santos. Zuluaga redondeó un 30% de los votos, seguido del presidente y candidato a la reelección Juan Manuel Santos, con una cifra cercana al 25 %. En el tercer lugar se situaron Marta Lucía Ramírez, del Partido Conservador, la izquierdista Clara López, del Polo Democrático Alternativo (PDA), y Enrique Peñalosa, de la Alianza Verde.

Hace tiempo Santos sabía que su reelección no iba a ser fácil, a diferencia de la de su antecesor, hoy opositor, el presidente Álvaro Uribe Vélez (2002-2010). En 2006, cuando fue reelegido, Uribe tenía el 70% de favoritísimo y fue reelecto en primera vuelta con el 62,2%.

Por eso Santos, buen jugador de póquer, deberá aplicarse en las alianzas. Sabe que su gobernabilidad no le alcanzará para derrotar cómodamente a Zuluaga, economista de 55 años, con bastante menos experiencia que Santos. Zuluaga fue alcalde de Pensilvania, el pueblo donde nació. Fue empresario, ministro de Hacienda de Uribe Vélez, senador. Santos nació queriendo ser presidente, se preparó para ello, fue ministro tres veces en diferentes gobiernos ha sido presidente cuatro años.

Santos, con ese 32 por ciento de votación, tendrá que esmerarse en construir alianzas. La primera, con las mujeres, a las que les fue muy bien. La conservadora Martha Lucía Ramírez, quien impactó en los resultados en buena parte porque en los debates se mostró consecuente en sus políticas antiaborto, antimatrimonio homosexual, no hay mucho futuro. Los electores azules han sido afines al Centro Democrático de Zuluaga. Ramírez, además, fue la primera ministra de defensa en este país. Quien la nombró fue Uribe. Si hace una alianza con el uribismo, como se preveé, Martha Lucía podrá terminar decidiendo la elección presidencial en la segunda vuelta.

Las esperanzas de Santos están con la opositora Clara López Obregón, la gran revelación en esta primera vuelta al obtener más de 15% de los votos. López, de 64 años, logró sacar del fango político al desprestigiado Polo Democrático Alternativo, el partido opositor que quedó en sexto lugar en las legislativas por corrupción.